Caminar es una actividad omnipresente en el cine de autor, desde Mikio Naruse y Michelangelo Antonioni hasta Chantal Akerman y Béla Tarr. La escena de “caminar y hablar” se ha convertido durante mucho tiempo en una estrategia predilecta por los cineastas para plasmar diálogos o introspecciones mientras se plasma el sutil desplazamiento del personaje. Pero Philippe Garrel ha seguido caminando tenazmente como un motivo especial desde sus primeros cortometrajes de mediados de la década de 1960, y ha evitado caer en el cliché.
Caminar nunca significa una sola cosa en las películas de Garrel; toca todos los niveles, todos los personajes, casi todas las situaciones (incluso esas estrechas escenas en interiores donde la gente camina nerviosamente de un lado a otro). Es como si este cineasta decidiera probar, desde sus primeros esfuerzos, cuántas variaciones de humor y sentido, de textura y puesta en escena, pudo descubrir en este sencillo gesto cotidiano tal como lo analizan y examinan Cristina Álvarez López y Adrian Martin en su videonsayo Walkers: A Motif in Philippe Garrel.
Trad. EnFilme
Fuente: MUBI