El director Wes Anderson es uno de los pocos cineastas contemporáneos estadounidenses que tiene un estilo cinematográfico fácilmente reconocible. De hecho, no se puede ver la fuente Futura o un plano simétrico cuidadosamente dispuesto sin pensar de inmediato en películas como The Royal Tenenbaums, The Life Aquatic o Moonrise Kingdom. ¿Pero por qué?
Las numerosas convenciones cinemáticas y las firmas estilísticas de Anderson se han estudiado desde que apareció en la escena a finales de los 90, pero con cada nueva película que lanza, la conversación sobre su modus operandi se reabre y se contextualiza para incluir su más reciente proyecto. Y ahora que el noveno largometraje de Anderson, Isle of Dogs, se estrena en nuestro país, compartimos un video elaborado por ScreenPrism en el que se examina la filmografía del realizador.
Es difícil hablar del estilo de Wes Anderson sin hablar de la teoría del autor. La idiosincrasia del director como artista cinematográfico ha ayudado a introducir a la generación más reciente de cineastas, teóricos del cine y cinéfilos. una teoría desarrollada por los teóricos del cine francés André Bazin y Alexandre Astruc en la década de 1940 (el término fue acuñado por el crítico estadounidense Andrew Sarris) que dice que el director, en lugar del guionista o cualquier otro colaborador, es el autor legítimo de una película.
La validez de la teoría del autor puede ser debatida (y ha sido debatida) durante décadas, pero una cosa que puede tomarse sin mucho alboroto es el hecho de que algunos cineastas, como Quentin Tarantino, Paul Thomas Anderson y Tim Burton, tienen un cierto estilo único que es mucho más fácil de discernir, categorizar y replicar que sus contemporáneos. En otras palabras, estos cineastas han desarrollado su lenguaje y estilo cinematográfico a tal punto que su trabajo se ha convertido en una firma por derecho propio, y la firma de Wes Anderson es una de las más reconocibles en el cine actual.
Hay muchas marcas estilísticas que pueden identificarse en el trabajo de Wes Anderson, pero tal vez el aspecto más importante de su cine, que es algo que ningún cineasta puede reclamar, es su capacidad de capturar a la humanidad en el artificio de la construcción. Mientras las idiosincrasias nos llevan a las nubes, donde podemos soñar y reír como lo haría un niño, la ternura y la honestidad emocional nos devuelven a la tierra, donde podemos lidiar con nuestra propia humanidad de la manera en que debería hacerlo un adulto.
Trad. EnFilme
Fuente: No Film School