El cine de los hermanos Stephen y Timothy Quay (Institute Benjamenta, 1995; The Piano Tuner of Earthquakes, 2005) se caracteriza por sus métodos artesanales y su amplia gama de fuentes de inspiración. La mayor parte de su obra, que incluye dos largometrajes y poco más de 20 cortometrajes, toma como referencia la cultura literaria y visual europea de los siglos XIX y XX, principalmente el surrealismo y el expresionismo, por ejemplo el escritor polaco Bruno Schulz, el pintor Max Ernst y el cineasta Jan Svankmajer. Ellos mismos se diseñan y fabrican sus marionetas, vestuarios, sets y maquetas, además de encargarse de la iluminación y la mayoría de las veces operan las cámaras. El universo de los hermanos Quay se aleja de la narrativa convencional poniendo un especial énfasis en los efectos visuales y sonoros para crear atmósferas siniestras y misteriosas. Los mundos que crean parecen congelarse en el tiempo; sus espacios se cubren de polvo y telarañas; los espejos juegan un papel fundamental en los juegos ópticos que se producen en las habitaciones cerradas o en los gabinetes de cristal.
En 2012, los gemelos Quay visitaron Criterion Collection para sumergirse en sus archivos y elegir sus filmes favoritos de la prestigiosa colección. Vampyr (1932), del danés Carl Th. Dreyer, y The Human Condition (1959), del japonés Masaki Kobayashi, destacan en su selección.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: The Criterion Collection