Como Dunkirk mostró más recientemente, el director Christopher Nolan quiere establecer una especie de tensión perfeccionista en su público de todas las formas posibles mediante diversas herramientas, incluida la música.
La angustia y ansiedad –que acompañan a los hombres errantes y confundidos en busca de significado y esperanza en un mundo dispuesto a no ofrecerles ninguno– son arropados por ritmos y latidos sonoros, a veces fríos, que se identifican con el estrés interno que padecen.
El ensayista Oswald Iten, con la entrega seca y acentuada más parecida a un Werner Herzog más feliz (pero no demasiado feliz), creó un video en el que recurre a ejemplos específicamente de Dunkirk, Interstellar y Following para explicar el uso de la música en el cine de Nolan para externalizar las emociones –a veces recónditas– de sus héroes.
EF
Fuente: Film School Rejects