El plano subjetivo (POV shot) es aquel que, mediante el encuadre, nos coloca como espectadores en la posición de un determinado personaje, permitiéndonos ver la escena “a través de sus ojos”. Es la toma que nos muestra de manera directa el punto de vista del personaje; vemos las acciones y acontecimientos desde una perspectiva como si fuéramos el personaje dentro de la película. La inestabilidad de la cámara es uno de los rasgos empleados con mayor regularidad en este tipo de composiciones.
Napoleón
Dir. Abel Gance, 1927.
La épica silente de Abel Gance sobre la vida temprana del revolucionario francés es una pieza pionera del cine, que incluye algunos de los primeros usos de técnicas como la superposición, el corte rápido e incluso la filmación bajo el agua. También destacan los planos subjetivos de Napoleón montando a caballo y que Abel Gance incrusta en una emocionante persecución genialmente rodada.
Lady in the Lake
Dir. Robert Montgomery, 1947.
“Un nuevo método para narrar una historia, desde tus ojos”, así fue presentada la adaptación cinematográfica de la clásica novela de Philip Marlowe, considerada como la primera película que se rodó en su totalidad desde una perspectiva en primera persona.
Rear Window
Dir. Alfred Hitchcock, 1954.
Gran parte del atractivo del filme de Hitchcock es el comportamiento de L.B. Jeffries (interpretado por Jimmy Stewart), un fotógrafo en silla de ruedas. Hay algo deliciosamente emocionante de ver el comportamiento voyerista del personaje, pero presentándonos su visión a través de la lente telescópica de Jeffries. Hitchcock lanza una capa de culpa; somos cómplices de la mirada intrusiva que ejecuta el personaje.
The Terminator
Dir. James Cameron, 1984.
Jaws, Alien, Predator, Halloween; muchas de las mejores películas de terror le regalan al espectador tomas desde la perspectiva de sus respectivos monstruos y The Therminator no es la excepción.
Reservoir Dogs
Dir. Quentin Tarantino, 1992.
Una de las técnicas predilectas de Quentin Tarantino es el plano subjetivo. Un gran ejemplo de ello es Reservoir Dogs; es difícil no sentirse incómodo al estar en los zapatos de Mr. Blonde, Mr. White o Mr. Pink.
The Diving Bell and the Butterfly
Dir. Julian Schnabel, 2007.
La historia de la lucha del periodista Jean-Dominique Bauby, un hombre que padece el síndrome de cautiverio. Un filme visto desde la perspectiva de un hombre que sólo puede mover su ojo izquierdo; las conversaciones con otros personajes se convierten en interminables y cada una de las situaciones posee una carga de desesperación y una atmósfera insoportablemente claustrofóbicos. Cuando Bauby se refugia en la infinita extensión de su mente, el alivio es palpable.
Enter the Void
Dir. Gaspar Noé, 2009.
Después de que el protagonista, Oscar (Nathaniel Brown), es abatido a tiros en un baño de Tokio, él “vuela” sobre la ciudad y, a través de sus propios recuerdos, vemos desde un punto de vista justo por encima de su hombro todas las situaciones que él recuerda.
Kick-Ass
Dir. Matthew Vaughn, 2010.
Hit-Girl (Chloë Grace Moretz) interrumpe una tortura contra Dave Lizewski (Aaron Taylor-Johnson) y procede a acechar a través de la oscuridad a todos los mafiosos uno por uno.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: Little White Lies