Desde que llegó a la escena indie estadounidense en 1996 con su primer largometraje Bottle Rocket, el director y guionista Wes Anderson ha deleitado al público con su estilo distintivo e idiosincrásico. Pero a pesar de que nos han encantado constantemente Rushmore, The Royal Tenenbaums, Moonrise Kingdom y The Grand Budapest Hotel, una pregunta no ha dejado de atormentarnos: ¿por qué, salvo en Isle of Dogs -que funciona como un homenaje a estos animales-, los perros mueren en las películas de Wes Anderson?
En Why Do Dogs Die In Wes Anderson Movies?, un videoensayo publicado en Little White Lies, Luís Azevedo explora este curioso enigma canino.
Trad. EnFilme
Fuente: Little White Lies