Rosy-Fingered Dawn (2002), dirigido por Luciano Barcaroli, Carlo Hintermann, Gerardo Panichi y Daniele Villa, es un filme sobre Terrence Malick que específicamente se centra en la creación de Badlands (1973), Days of Heaven (1978), The Thin Red Line (1998) y la participación personal de algunas de las figuras más representativas de la propia cultura estadounidense.
Los testimonios de Sam Shepard, Arthur Penn, Martin Sheen, Sissy Spacek, Sean Penn, Jim Caviezel, Elias Koteas, Ben Chaplin, John Savage, Penny Allen y Haskell Wexler son recuperados para trazar una línea sobre cómo el director trabaja con sus actores y su equipo de producción. Cada uno de los puntos de vista de los involucrados funcionan para esbozar un retrato apasionado del cineasta estadounidense al mismo tiempo que ofrece un panorama sobre la América contemporánea, amplificado por las voces de los personajes que han sido llamados y recitados a menudo por los propios actores.
Esta mezcla de voces ha dado origen a un viaje por todo Estados Unidos, de California a Colorado, de Virginia a Minnesota, pasando por Nueva York y Los Ángeles. Cada parada representa un conjunto ideal en el que todos los personajes de las películas cobran vida una vez más dando lugar a un creciente flujo de recuerdos. La dimensión narrativa del cine de Malick resuena y abre un nuevo horizonte sobre las contradicciones visibles de la cultura americana; no es un juicio fácil, sino una conciencia crítica la que emerge de este discurso coral, junto con una necesidad definida: la necesidad del arte. Una necesidad que Terrence Malick fue capaz de satisfacer.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: Cinephilia & Beyond