Algunas de las mejores obras cinematográficas son las que representan las experiencias muy reales de la vida. Mientras que esto puede estar presente en muchas películas, hay un período de tiempo particular en donde el concepto visceral de la naturaleza humana y del sentimiento innato se investiga. Con la culminación de la Segunda Guerra Mundial surgió un nuevo tipo de cine en Europa. No sólo la nueva ola francesa a finales de la década de 1950 y principios de 1960, sino el neorrealismo italiano de mediados de los años cuarenta y principios de los cincuenta.
No Film School presenta un videoensayo y una breve revisión histórica sobre el neorrealismo italiano, una corriente cinematográfica que surgió en Italia después de la Segunda Guerra Mundial. Antes de contar historias más ardientes, la industria cinematográfica italiana bajo el régimen fascista de Benito Mussolini siguió el estilo de Telefoni Bianchi. Estas películas reflejaban las comedias del cine americano en la década de 1930, siguiendo pautas de conservadurismo social, promoviendo los valores familiares, el respeto a la autoridad, la rígida jerarquía de clases y la vida en el campo. Estas cualidades caían perfectamente en línea con el régimen fascista.
Después de la caída del fascismo, sin embargo, los cineastas neorrealistas, de los cuales muchos comenzaron como críticos de cine, harían películas que eran la antítesis. Una película como Ossessione (1943), dirigida por Luchino Visconti, mostró una viñeta de la clase trabajadora de Italia y fue una adaptación libre de la novela El cartero siempre llama dos veces. La misma novela también tendría su adaptación americana en 1946, dirigida De Tay Garnett y protagonizada por Lana Turner y John Garfield. Hoy la adaptación americana se clasifica como un ejemplo de cine negro. La coincidencia entre los dos es la representación de la arena cruda de la vida humana.
La más famosa película neorrealista, como concluye el videoensayo, es, obviamente, Ladri di biciclette (1948), dirigida por Vittorio De Sica. El filme sigue las circunstancias de un hombre que debe encontrar su bicicleta o perder su trabajo y la capacidad de proporcionarle sustento a su familia, el ensayo detalla los hechos del drama y cómo De Sica contrató a actores no profesionales para hacer la experiencia más visceral y real. Los actores habían estado en circunstancias como las que se representan en la película. A medida que la crisis disminuyó a principios de la década de 1950, el público italiano comenzó a buscar películas de optimismo, como las del cine americano de aquella época. Mientras que este cambio en la digestión cultural del cine avanzó, el neorrealismo italiano es el reflejo de un pasado que nunca ha sido olvidado.
Trad. EnFilme
Fuente: The Playlist