En 1969 a un equipo de filmación le fue otorgado un acceso sin precedentes para documentar a The Beatles en plena labor creativa. El resultado: 57 horas del pietaje más íntimo que jamás se haya filmado de la banda. El pietaje estuvo guardado bajo llave en una bóveda por más de 50 años…sin haber sido visto por nadie…hasta ahora.
Los Beatles tenían menos de tres semanas para escribir y grabar su nuevo disco de estudio. Y filmarían un concierto con las nuevas canciones para un programa de televisión y un documental. En ese momento llevaban tres años sin tocar en vivo. De pronto es gracioso ver y escuchar a Paul McCartney decir que “Resultará comiquísimo que en 50 años se diga que “se separaron porque Yoko se sentó en un amplificador””. Y, entre discusiones y sesiones creativas, John Lennon, George Harrison, Ringo Starr y Paul McCartney deciden poner fin a su historia musical con esa tocada, acompañados por Billy Preston, en la azotea del edificio de Apple Records (nada que ver con la empresa de Steve Jobs), en el número 3 de Savile Row (sí, la famosa calle de los trajes más caros del mundo), en el barrio de Mayfair, en el centro de Londres. Aquella tarde del 30 de junio de 1969.
El próximo 25 de noviembre estrenará Get Back, el filme documental que Peter Jackson (Lord of the Rings) tejió a partir de todas esas horas exclusivas de pietaje. Poco más de 50 años después de haber sido grabadas, como anticipó Paul quien junto a Ringo, George y John parecen estar congelados en el tiempo, como si siguieran juntos, como si no hubiera pasado nada en el mundo durante todos estos años. Como si los estuviéramos viendo en un reality show. Como si no hubieran influenciado el 90% de la música pop que se ha hecho desde entonces. Como si nunca se hubieran separado.
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