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Sitio de tantas proyecciones históricas, cuna de tantos autores innovadores, escenario de tantas escenas memorables: ¿tiene alguna ciudad un lugar más central en la conciencia del cinéfilo que París? El cineasta y profesor Richard Misek la considera “la ciudad donde comenzó la cinefilia”. Ciertamente tiene un lugar en su propio viaje cinéfilo, comenzando con un encuentro casual, hace 24 años en el distrito de Montmartre, con una de las luminarias de la nueva ola francesa: Éric Rohmer, que estaba entonces en pleno rodaje de Les Rendez-vous de Paris (1995). “Solo me di cuenta de esto catorce años después, cuando vi la película una noche en la televisión”, dice Misek. “Fue la primera película de Rohmer que había visto en mi vida, y estuve en ella”.

Él cuenta esta historia temprano en Rohmer in Paris, su espléndido videoensayo de 67 minutos sobre todas las formas en que el autor utilizó la ciudad en el curso de su prolífica carrera cinematográfica a lo largo de 50 años. Misek describe a los personajes de Rohmer, “siempre mirando el uno al otro: en los trenes, en las calles, en los parques, en los escaparates de los cafés donde pueden ver y ser vistos”, como flâneurs, esos observadores de la ciudad que tienen sus orígenes en el París del siglo XIX. “Pero sus paseos están restringidos a la hora del almuerzo y de la noche. Se forman desvíos de trayectorias menos pausadas: las líneas de un viaje diario al trabajo”. Con un rigor cada vez mayor, el director “recorre cada paso de los viajes de sus personajes por la ciudad con precisión topográfica. Sus personajes siguen caminos reales a través de París, caminos que pueden dibujarse como líneas en el mapa de la ciudad”.

Aunque Rohmer tenía sus diferencias, tanto estética como políticamente, con sus colegas de la nueva ola francesa, “de una manera, al menos, siempre se mantuvo fiel al espíritu de la nouvelle vague: a lo largo de su vida, Rohmer no solo filmó París, lo documentó”. Recortando y reorganizando deliberadamente miles de piezas de imagen y sonido de los filmes de Rohmer, colocando tomas lado a lado de los mismos espacios parisinos años e incluso décadas, Misek nos muestra cómo Rohmer ilustra cinematográficamente “una de las verdades básicas sobre la existencia urbana: en las ciudades, la vida de los humanos se cruza todos los días. Pero la mayoría de estas intersecciones son transitorias, se cruzan entre dos personas siguiendo diferentes trayectorias”.

Trad. EnFilme

Fuentes: Richard Misek (Vimeo), Filmscalpel, Nowness