Algunas de las más exquisitas entrevistas consisten en aquellas donde los dos participantes (entrevistado y entrevistador) son cineastas. Al compartir el mismo oficio, surge un diálogo mucho más íntimo, una charla mucho más profunda e interesante donde, después de algunos minutos, los papeles pueden intercambiarse y conocemos los intereses e ideales de ambos directores.
En 1974, William Friedkin –que ya había dirigido seis largometrajes, entre los que destacan The French Connection (1971) y The Exorcist (1973)– entrevistó al veterano realizador alemán, Fritz Lang (Metropolis, 1927; M, 1931; Fury, 1936; Hangmen Also Die!, 1943), para la televisión italiana. El encuentro mostró a Lang, un hombre de casi 84 años que había dejado de dirigir películas (su última obra fue Journey to the Lost City de 1960) y que era catalogado como una persona intratable ante los periodistas; y por otra parte, Friedkin, cercano a los 40 años, entusiasmado y motivado por dialogar con uno de los grandes cineastas de Alemania.
Friedkin habla con el “Maestro de la oscuridad” acerca de su vida en Alemania y su traslado a Estados Unidos; sus influencias artísticas y sus referentes cinematográficos; una reunión con el ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels (quien le ofreció a Lang una posición como jefe de estudio de cine de en la UFA); sus motivaciones para huir a París; su visión respecto a la representación de la violencia humana en el cine, y otros temas.
La entrevista, que dura 90 minutos, muestra a Lang como un hombre de profunda reflexión sobre su trabajo, al mismo tiempo que, en ocasiones, destaca su reticencia y postura gruñona respecto a algunos cuestionamientos de Friedkin, quien se niega a quedarse satisfecho cuando el alemán otorga respuestas cortas y concisas.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: One Perfect Shot