Conoce más verdaderas historias que inspiraron al cine
Por Luis Fernando Galván (@luisfer_crimi)
En 2001, siete años antes de morir, Yves Saint Laurent accedió a ser filmado por David Teboul, quien en un par de documentales buscaba aproximarse a la vida y el proceso creativo del afamado diseñador. Otro intento documental por mostrar la trayectoria de Saint-Laurent fue Celebration (2007), de Olivier Meyrou. Y este año se realizaron dos ficciones cinematográficas: Saint Laurent de Bertrand Bonello, e Yves Saint Laurent de Jalil Lespert. Éste último contó con la aprobación de Pierre Bergé (expareja de Yves) y se basa en la biografía oficial escrita en 2002 por Laurence Benaïm, periodista francesa especializada en temas de moda. A continuación te presentamos los sucesos biográficos más relevantes de Saint Laurent.
Yves Saint Laurent (1936-2008)
Orígenes en Argelia; el descubrimiento de la vocación
Yves Henri Donat Matthieu Saint Laurent nació el 1 de agosto de 1936 en Orán –ciudad ubicada en el noroeste de Argelia–. Se crió en una villa junto al Mediterráneo con sus dos hermanas menores, Michelle y Brigitte. Aunque su familia era relativamente acomodada –su padre era abogado, corredor de seguros y propietario de una pequeña cadena de cines– la infancia para este futuro icono de la moda no fue fácil. Saint Laurent no era popular en la escuela, y constantemente fue intimidado por sus compañeros debido a su carácter frágil. Como consecuencia de ello, Yves era un niño nervioso y enfermizo. Encontró consuelo, sin embargo, en el ámbito de la moda. Yves escapaba de su realidad inmiscuyéndose en un mundo de fantasía que imaginaba cada vez que leía con atención las revistas de moda de su madre. El niño jugaba a ser el “gran modisto”, mientras dibujaba durante horas sin parar; elaboraba diseños (primero los imitaba, luego los inventaba). Le gustaba crear muñecas de papel y, durante su adolescencia, le diseñaba vestidos a su madre y hermanas, aunque su intención era convertirse en escenógrafo para crear decorados en el teatro.
La llegada a París: Michael de Brunhoff y Christian Dior
A los 17 años, un nuevo mundo se abrió para Yves cuando su madre lo llevó a París para una reunión que había organizado con Michael de Brunhoff, el editor de la revista francesa Vogue. El joven le mostró sus dibujos y de Brunhoff quedó impresionado con aquellos diseños. Yves se trasladó a París y se matriculó en la Cámara Sindical de la Costura, donde sus diseños llamaron rápidamente la atención. Michael de Brunhoff, figura clave para el desarrollo inicial de Saint-Laurent, le presentó al diseñador Christian Dior, un gigante en el mundo de la moda. “Dior me fascinó”, Saint Laurent declaró años más tarde, “yo no podía hablar delante de él. Christian me enseñó la base de mi arte. Sin importar lo que ocurriría los años siguientes, nunca me olvidé del tiempo que pasé a su lado”. Fue contratado por Dior, y bajo la tutela de éste, su estilo continuó madurando y ganando aún más notoriedad. En 1957, Saint Laurent fue dejado a cargo, mientras que Dior tomaba sus vacaciones en Italia, pero éste murió de un ataque al corazón el 24 de octubre en Montecatini Terme. El 15 de noviembre Yves fue nombrado su sucesor y se convirtió en el más joven modisto en hacerse cargo de la prestigiosa firma.
Yves Saint Laurent sostiene un dibujo del diseño con el que ganó un concurso en1953 en París. Su éxito en el concurso llamó la atención del equipo de diseñadores de Christian Dior.
Servicio militar obligatorio y el regreso a casa
En 1960 Saint Laurent fue llamado para cumplir su servicio militar; se le obligó a formar parte del ejército de su país de origen y luchar en la guerra de independencia. Luego de 20 días, Yves sufrió una crisis nerviosa y fue internado en el hospital. A su regreso a París, encontró que su trabajo con Dior había desaparecido. La noticia, en un primer momento, fue traumática para el joven y frágil diseñador. Saint Laurent demandó a la compañía de su antiguo mentor por incumplimiento de contrato y recibió una remuneración.
Pierre Bergé: compañero de vida y de negocios
La primera colección de Saint Laurent fue la línea de Trapeze que tuvo mucho éxito y empujó las ventas en un 35 por ciento. Fue en esta época cuando conoció a Pierre Bergé, que era entonces el representante y amante de Bernard Buffet, pintor parisino perteneciente al grupo anti-abstracto L'homme Témoin. Sin embargo, Bernard Buffet conoció a su futura esposa, y Saint Laurent y Pierre Bergé comenzaron su romance y pronto vivieron juntos. El dinero y la libertad crearon un nuevo panorama para Saint Laurent quien decidió aprovechar la oportunidad. En colaboración con su compañero, el diseñador decidió abrir su propia casa de moda. El auge de la cultura pop y el anhelo general de consumir diseños frescos y originales conformaron el escenario para que Saint Laurent diera a conocer sus propuestas innovadoras en el terreno de la moda: en 1965 creó el primer esmoquin femenino, en 1966 fue el primero en abrir una boutique prêt-à-porter (no de alta cultura, sino para mayorías), y en 1968 fue el primer diseñador en utilizar material transparente. Además, inventó el traje pantalón para las mujeres. Sin embargo, Yves no habría conseguido esto sin la ayuda de su pareja, Bergé. Cuando ambos se conocieron a finales de los años cincuenta, deliberadamente definieron los roles que jugaría cada uno durante los siguientes 40 años. Saint Laurent fue el artista; Berge, el empresario que condujo la creatividad del genio. Yves no podía hacer frente a las cosas cotidianas, así que necesitaba a Pierre para que manejara el dinero.
Yves Saint Laurent y Pierre Bergé.
En 1976 Saint Laurent y Pierre Bergé se separaron y dejaron de vivir juntos; no obstante, el segundo continuó siendo el director comercial de la reconocida casa de moda. Bergé le inyectaba energía a Yves, un artista maníaco depresivo. El primero era posesivo, autoritario y de carácter fuerte; el segundo frágil, reservado e introvertido. Dieciocho años después de su encuentro, Bergé, que se encontraba en una situación límite, decidió abandonarlo, pues ya no podía seguir viviendo con un toxicómano como Yves, un dependiente autodestructivo que ingería alcohol, cocaína y neurolépticos. Sobre esta relación pasional, Bergé comentó:
No abandoné la casa de la calle de Babylone con alegría. Me fui para salvarme. Me veía impotente, incapaz de apartarlo de aquello, y odiaba eso. Permanecimos juntos durante 50 años. Sí, había entre nosotros una atracción química y sexual muy fuerte. Claro que hubo infidelidades sexuales, ¡muchas! Pero eso suena burgués. Lo que nos unía era mucho más importante.
Yves Saint Laurent y Pierre Bergé.
La cima del mundo de la moda
Durante las próximas dos décadas, los diseños de Saint Laurent se sentaron en la cima del mundo de la moda. Modelos y actrices quedaban fascinadas antes sus creaciones. Rápidamente se consolidó como uno de los grandes iconos de la moda. En 1983, se convirtió en el primer diseñador vivo y en activo en tener una retrospectiva de su obra en el Museo Metropolitano de Nueva York.
Modelos de de Yves Saint Laurent junto a la obra” Stepping Out” (1978 ) de Roy Lichtenstein en la exposición “Yves Saint Laurent. 25 años de creación” en el Museo Metropolitano de Nueva York.
La casa de moda fue vendida a la empresa farmacéutica Sanofi y, en 1997, una donación por parte de Saint Laurent, posibilitó la apertura de la sala “Yves Saint Laurent” –ubicada en el ala dedicada a la pintura francesa– en la National Gallery de Londres. En enero de 2000 se inauguró el Museo de Arte Moderno en el Centro Pompidou de París, después de que Saint Laurent y Bergé patrocinaron gran parte de la remodelación del recinto. Gucci adquirió la boutique y la empresa de perfumes Saint Laurent, mientras que Francois Pinault se hizo cargo de la casa de alta costura en 1999. El Museo Yves Saint Laurent, ubicado en los suburbios de París, contiene 5 mil trajes, 2 mil pares de zapatos, y más de 10 mil piezas de joyería.
Saint Laurent y Bergé lograron cultivar su amor por el arte mediante su propia colección de obras pictóricas y otros objetos de gran valor artístico, estético y económico. Su mansión, ubicada en la calle Babylon de París, recibió con los brazos abiertos obras de artistas como Goya, Brancusi, Picasso, de Chirico, Munch, Matisse, Klee, Mondrian, Gauguin, Degas, Manet, Toulouse-Lautrec y Cézanne, entre otros. Incluso, en algunos vestidos que diseñó, Yves elaboró una serie de motivos que aludían a algunos de estos pintores. Después de su muerte –ocurrida el 1 de junio de 2008– su socio, con quien adquirió las piezas artísticas, Bergé, consideró que no tenía caso mantener las obras él sólo, así que decidió organizar una subasta que se celebró durante tres días (23, 24 y 25 de febrero de 2009) en el Gran Palais de París a cargo de la firma Christie’s. De los 733 lotes que se estructuraron, se vendieron 730 recaudando 374 millones de euros convirtiéndose en la colección privada de mayor valor económico en la historia, superando el récord mundial que en 1997 estableció la familia Ganz.
Vestido de día "Mondrian", otoño de 1965. Jersey de lana en bloques de color blanco, rojo, azul, negro y amarillo; inspirado en la obra del pintor holandés Piet Mondrian.
Yves Saint Laurent en su casa. Atrás de él aparece el cuadro "Les coucous, tapis bleu et rose", una naturaleza muerta pintada en 1911 por Henri Mattise; la obra fue vendida en 32 millones de euros durante la subasta de Christie´s en París.
Jacques de Bascher y el mundo de los excesos
Aunque su éxito tomó tiempo (el primer evento de Yves Saint Laurent, en enero de 1962 recibió una respuesta moderada), en los siguientes años se consolidó. El éxito ocasionó que aquel joven tímido se convirtiera en un hombre encantador y mucho más seguro de sí mismo. Los periodistas y las revistas capturaron imágenes de Yves divirtiéndose en fiestas con Roy Halston y Andy Warhol en Nueva York; y haciendo de las suyas con sus musas, Betty Catroux y Loulou de la Falaise, en París. Sus trajes oscuros desaparecieron y fueron sustituidos por caftanes lujosos, camisas de seda y gabardinas de cuero. Y cuando él se colocó delante de la lente de Jeanloup Sieff para promover su primera fragancia que lanzó al mercado en 1971, decidió desnudarse. Sus intenciones eran específicas: “Quiero crear un escándalo.”
Betty Catroux, Yves Saint Laurent y Loulou de la Falaise a las afueras de la boutique Rive Gauche en 1969.
Esa imagen se convirtió en una máscara desesperadamente efectiva. Los paparazzi capturaban a un Yves fresco, jovial, seductor, elegante y divertido. El argelino asistía a fiestas y consumía alcohol y cocaína. Cuando la cámara no lo captaba, en su vida íntima, Yves era cada vez más feroz y violento con Pierre, quien estaba luchando para mantener el negocio y al propio Yves a flote. Con el paso del tiempo su relación comenzó a deteriorarse. Ambos tenían otros intereses, otras pasiones, otros amantes; principalmente Yves, quien tenía encuentros con Jacques de Bascher, un hedonista protegido de Karl Lagerfeld –situación que añadió otra dimensión a la amarga rivalidad entre Lagerfeld y Saint Laurent.
A principios de los setenta, Lagerfeld se enamoró de Jacques de Bascher, el joven libertino recién llegado a la escena parisina, y comenzó a financiar su estilo de vida extravagante. La actitud de Jacques de Bascher intrigó también a Saint Laurent, quien vio en el joven una forma de rebelarse contra el estricto control de Bergé. En 1973, Saint Laurent y Bascher comenzaron un romance enfureciendo a Lagerfeld y Bergé, precipitando así la ruptura de ambas parejas.
Yves Saint Laurent y Karl Lagerfeld.
Jacques de Bascher en compañía de Yves Saint Laurent.
“El exceso glorioso” tuvo su efecto en Saint Laurent. Su abuso de sustancias lo llevó a hospitalizaciones frecuentes, y una dependencia excesiva en Bergé. A mediados de los setenta, Yves era incapaz de escribir un cheque, subirse a un avión o reservar un restaurante sin la ayuda de Bergé. Saint Laurent se volvió un hombre solitario, y luchó contra sus adicciones al alcohol y la cocaína. En la década de 1990, Saint Laurent volvió a figurar en el panorama internacional. Sus diseños fueron redescubiertos por una élite de la moda que se había cansado del movimiento grunge que dominaba las pasarelas. Saint Laurent, también, parecía haber superado sus demonios y, en 1991, se declaró abiertamente homosexual en una entrevista para el diario francés Le Figaro. En enero de 2002, Yves Saint Laurent anunció su retiro; el 22 de ese mes se celebró su desfile final en el Centro Pompidou en París, y se retiró a Marrakech, ciudad de Marruecos. Cinco años después, la huella de Saint Laurent y su importancia en la cultura francesa fue reconocida al ser nombrado Gran Oficial de la Legión de Honor por el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Yves Saint Laurent en Marrakech. El idilio con la ciudad inició en 1966 durante su primera visita a Marruecos: "Cuando descubrí Marrakech, fue un choque extraordinario; la ciudad me enseñó el color."
TEXTOS CONSULTADOS:
“The House That Yves Built” de Julia Neel, publicado en VOGUE el 9 de diciembre de 2009.
“The Art of YSL” de Leisa Barnett, publicado en VOGUE el 29 de septiembre de 2008.
Yves Saint Laurent, de Jéromine Savignon, ed. Abrams, 2010.
The Private World of Yves Saint Laurent and Pierre Bergé, de Robert Murphy y Pierre Bergé, ed. Thames & Hudson, 2009.
Fashion: The industry and its careers, de Michel M. Granger, ed. Fairchild, 2012.