Por María José Enriquez
Let the wild rumpus start!
-Max
Podría decirse que Spike Jonze es mucho más que un creador cinematográfico. Sus imágenes, conceptos e ideas se han diseminado través de múltiples trabajos, ya sea dentro del ámbito del video musical, televisivo o del cine, de tal manera que ha llegado a formar parte de la cultura popular norteamericana.
Como director, Jonze se había dado a conocer por las multipremiadas Being John Malkovich (1999) y Adaptation (2002), ambas escritas por Charlie Kaufman y reconocidas por sus exploraciones acerca de la conciencia del ser, los juegos de relidad-ficción y las dualidades entre cuerpo y mente.
En Donde Viven los Monstruos (Where the Wild Things Are, 2009), el tercer largometraje de su carrera, el director ha dejado de lado las colaboraciones con Kaufman y ha decidido realizar la adaptación del cuento infantil ilustrado del mismo nombre, publicado en 1963 por Maurice Sendak, donde se trata como tema principal la rabia y el enojo a través la visión infantil de Max (Records), el protagonista de la historia.
Solitario, alienado e ignorado, Max parece vivir en un mundo al cual no pertenece: rodeado de una madre (Keener) ausente por cuestiones laborales o sentimentales, y una hermana joven y enamoradiza entre cuyas prioridades no se encuentra pasar tiempo con su hermano. Inevitablemente el pequeño estalla y esto se convierte en el móvil mediante el cual el niño accede a un mundo imaginario, el mundo de las cosas salvajes, en donde puede reinar y desenvolverse bajo sus propias reglas.
Más que ser un filme sólo para niños, como ya lo había especificado el mismo Jonze, éste es más bien un filme acerca de la niñez, y es dentro de estos parámetros que la historia toma sentido: las incoherencias de tiempo y espacio, el diálogo infantiloide empleado por los inestables y a veces abusivos monstruos, la atmósfera cargada de belleza y terror. Aquí es donde Max se ve reflejado en lo salvaje y es capaz de hallar respuestas sobre sí mismo, encontrando también el camino de vuelta a casa donde “la cena lo espera aún caliente”.
Donde viven los monstruos es una historia sencilla que profundiza en los rincones más sombríos de la mentalidad infantil, donde a veces reinan la tristeza, la furia y la soledad; pero donde también es posible encontrarse en los ojos amarillos de las cosas salvajes, junto con la nostalgia y la manera en la que valoramos todo aquello que realmente importa en la vida.