Para niños: Labyrinth - ENFILME.COM
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FICHA TÉCNICA
Labyrinth
 
Reino Unido / EE.UU.
1986
 
Director:
Jim Henson
 
Con:
David Bowie, Jennifer Connelly, Toby Froud
 
Guión:
Dennis Lee, Jim Henson
 
Fotografía:
Alex Thomson
 
Duración:
101 min.
 

 
Labyrinth
Publicado el 01 - Dic - 2012
 
 
Sarah (Jennifer Connelly), protagonista de Labyrinth, es una joven chica que también vive dentro de su mundo fantástico. Ella lo usa como refugio. - ENFILME.COM
 
 
por Carolina León

Por Carolina León Parra (@scleon20)

Aunque nosotros no creamos en las hadas, ellas creen en nosotros. Aunque no las veamos y no las podamos tocar, ellas nos cuidan, o nos muerden. Nos desordenan el cabello cuando estamos dormidos y se ríen de nosotros al despertar. Un reino fantástico se encuentra del otro lado del espejo, y solo tenemos que decir las palabras correctas para abrir los ojos y verlo.

La fantasía surgió como narraciones extraordinarias de hombres extraordinarios y sus encuentros con aquello inexplicable, desde la mitología griega hasta las criaturas fantásticas que hoy pueblan las repisas en las bibliotecas y la cartelera. Cuando somos pequeños esto se vuelve un refugio. La realidad es tan cruel y aburrida, y el crecer es tan doloroso, que anhelamos a los príncipes y las brujas, y poder tener grandes aventuras.

Sarah (Connelly), protagonista de Labyrinth, es una joven chica que también vive dentro de su mundo fantástico. Ella lo usa como refugio. Su padre se ha vuelto a casar y a ella no le gusta cuidar a su hermanastro, Toby (Froud). Ya no es hija única, ha dejado de ser la princesa de la historia y, además, está creciendo. Busca las hadas, pero éstas ya no aparecen. Se encuentra desesperada, y solo le queda recurrir a sus aliados, los sueños y fantasías. En un momento de desesperación juvenil, pide a los duendes que se lleven a su hermano. La joven no sabe lo que está deseando. Se cumplen sus demandas y Toby desaparece.

Su mundo fantástico se vuelve realidad. Jareth, el rey de los duendes (Bowie), la visita con aires de cortejo, para informarle que Toby ha sido usurpado y que lo convertirá en duende. Sarah decide ir a buscarlo a través del laberinto y con esto comienza su propia aventura.

Este viaje se encuentra lleno de obstáculos, pero también de personajes extraídos del imaginario de Jim HensonMuppets que se vuelven monstruos, algunos con corazón y ternura, otros despiadados con humor. Cada uno de ellos va guiando a Sarah hasta el centro del laberinto. Jareth manda obstáculos, pero ella los esquiva gracias a la virtud, el valor y sus nuevos amigos.

Al final, se encuentra con el laberinto más importante y más complejo, el interior, representado por una construcción reminiscente de Relatividad, la litografía de M.C. Escher, en la que se ven escaleras que se encuentran unas con otras, con puntos de gravedad distintos. Es una representación de los varios mundos que chocan, pero conviven de forma armoniosa, mundos que nos conforman como personas. Aquí no puede permitirse perder la cabeza. Debe despojarse del miedo y salvar a Toby. Lo logra. Al final, supera el miedo que le tiene al crecer y a las responsabilidades. Evoluciona más que Jareth. Lo despoja de su poder y él vuelve a su forma más romántica, un búho.

La cinta aborda un tema por el que todos pasamos, el crecimiento. Esto la hace conmovedora, sus personajes nos parecen entrañables. Es fácil identificarse con quien sufre lo que nosotros sufrimos. Incluso admiramos sus valores al buscar sobreponerse ante los obstáculos que se le atraviesan.

Nos sitúa en un mundo mágico. Casi veinticinco años han pasado desde el estreno de esta película y los muppets se han vuelto un objeto de añoranza, mas que terribles monstruos del mundo de las pesadillas. Su figura nos recuerda nuestros momentos de infancia y su semblante tan ridículo comparado a los efectos digitales de las películas de hoy es como un abrazo al corazón inquieto y un descanso a nuestros ojos ya corruptos de colores saturados.

Por momentos la película cae y es donde la música toma un papel protagónico, pero esto rompe con los momentos dramáticos, en vez de acentuarlos. Casi parece un musical, aunque estas canciones no nos cuentan la historia, sino reflejan más los deseos y el interior de los personajes. Fue un capricho de Jim Henson que Bowie cantara. Tuvo razón en hacerlo. Aunque esto implique un desacomodo justo cuando la película quiere encontrar un lugar en nuestro corazón, la presencia de Bowie ha tenido un peso decisivo en su permanencia en la memoria colectiva.

El laberinto representa el viaje de uno mismo, el crecimiento y el descubrimiento al centro de Dios, o el yo. Las trampas, las pruebas físicas y mentales, y los personajes que nos vamos encontrando no son otra cosa más que la vida misma. La representación del laberinto se convierte en un símil del crecimiento. Te pone a prueba y, en este caso, Sarah se enfrenta a sus temores y rencores de la realidad.

El llegar al centro es salvar a Toby, pero en una segunda lectura, es crecer y encontrar quién eres.

Diciembre 2012.

 
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