Reseña, crítica Blancanieves y el Cazador - ENFILME.COM
if ($skins_show == "0") {?>
RESEÑAS >   EN PANTALLA
 
FICHA TÉCNICA
Snow White and the Huntsman
Blancanieves y el Cazador
 
EE.UU.
2012
 
Director:
Rupert Sanders
 
Con:
Kristen Stewart, Chris Hemsworth, Charlize Theron
 
Guión:
Evan Daugherty, John Lee Hancock
 
Duración:
127 min.
 

 
Blancanieves y el Cazador
Publicado el 04 - Jun - 2012
 
 
La versión de Blancanieves de Rupert Sanders se amolda convenientemente al pensamiento actual de las niñas y adolescentes. - ENFILME.COM
 

La reinterpretación de los cuentos de hadas ha sido una ambición recurrente de muchos realizadores que han querido darle su propia visión a las historias que con el tiempo se han ido transformando, mediante los muchos medios con los que cuenta la cultura popular. El cuento alemán de Blancanieves que data de 1812 ha tenido muchas versiones, pero la deRupert Sanders se amolda convenientemente al pensamiento actual de las niñas y adolescentes que no buscan solamente ser hermosas, y tener una corona y un príncipe que se case con ellas, sino también ser audaces, valientes y vestir bien.

 

La mayoría de los cuentos de hadas se sostiene en el acto de desear y de alcanzar sueños que se cumplen a pesar de los obstáculos. Blancanieves no es el único ejemplo: La Bella Durmiente quiere volver a encontrar al príncipe del que se enamoró; la princesa Ariel quiere piernas para salir a la superficie y abandonar su vida como sirena; Rapunzel quiere salir de la torre en la que se mantiene encerrada. Lo que nos atrae de estos cuentos (y por ende, sus versiones cinematográficas) es saber que al menos ahí, a diferencia de lo que suele ocurrir en la vida real, los deseos se cumplen y las historias tienen un final feliz. No importa cuán oscura pueda ser la versión, como en el caso de Blancanieves: Un cuento de terror (Michael Conn, 1997), el final suele ser el esperado. Los espectadores, que también somos máquinas de deseo, volcamos nuestras expectativas en lo romántico y esperanzador de los cuentos.

 

La historia de Blancanieves comienza con el deseo de una hija con piel blanca como la nieve, cabello negro como el ébano y labios rojos como las tres gotas de sangre que caen sobre el terreno nevado, una niña delicada como una rosa pero fuerte como sus espinas. El resto de la historia también se sostiene a base de deseos: de escapar, de ser libre, de no envejecer, de venganza, de redención. Cada personaje siente añoranza y sed de algo. Blancanieves, de terminar con el mal; Ravenna, de mantenerse joven y vengarse de los daños que sufrió en la niñez; el Cazador, de expiar las culpas que siente por la muerte de su esposa sin que él pudiera evitarlo y que luego lo hicieron malgastar su vida, y William (que cumple el papel del Príncipe), de reencontrarse con el amor de su infancia que perdió cuando la malvada Ravenna dio su golpe al reino. Y todo lo que un espectador puede desear ver en una adaptación de la historia de Blancanieves también está ahí: una dosis de fantasía, una manzana envenenada, un bosque terrible, cuervos que devienen cuerpo (o viceversa), una compañía de enanos sin cuya ayuda no se podría llegar a ningún lado, y la mítica pregunta “Espejito, espejito, dime una cosa: ¿quién de todas es la más hermosa?”.

 

En su debut como director, Rupert Sanders le da un giro a la historia mundialmente conocida de Blancanieves, con muchos cambios en la trama y algunas actuaciones que por momentos dejan mucho que desear pero que se disimulan con el despliegue de efectos especiales, escenarios y diseños de vestuario que sostienen a la película y que hacen que, para algunos, valga la pena. Sanders convierte a la princesa delicada, femenina y hacendosa en heroína aguerrida. Blancanieves (Stewart) está dispuesta a ir a la guerra para salvar al reino de su padre, que ya falleció, de la miseria en la que su madrastra Ravenna (Theron) lo ha hundido. Ayudada por el Cazador (Hemsworth), Blancanieves descubre sus fortalezas y lucha por lo que le pertenece tras muchos años de encierro en una torre del castillo.

 

Una de las primeras cosas que el Cazador hace antes de emprender la aventura con Blancanieves es cortarle el vestido largo de princesa encarcelada y sufrida que le dificulta caminar, dejándola solamente con unos mallones a manera de pantalón debajo del vestido ahora mucho más corto (curioso que haya llevado algo debajo del vestido, adelantándose a las modas). En ese detalle simple está la alegoría complaciente a la figura ideal actual de la mujer, cuya perfección va más allá de la belleza: aunque la moda siga llenando cada vez más la vida y las aspiraciones de la mujer, y sea importante poseer un vestido de diseñador de la última pasarela, también es importante tenerlo con las ganancias de un trabajo exitoso, con independencia y que enfunde no solamente un cuerpo bonito sino un doctorado.

 

El guión intenta dar muchos giros de tuerca para hacer una historia que marque diferencias con respecto a las otras adaptaciones existentes del cuento. Estos cambios consisten en inyectarle acción que por momentos parece forzada. Y esta Blancanieves parece estar dormida incluso antes de morder la manzana: mientras sufre su encarcelamiento, mientras sufre los terrores del bosque encantado, mientras da discursos alentadores y se enamora, mantiene la misma expresión acartonada, de que nada importa demasiado o de que está conforme con lo que ocurre a su alrededor, aunque sus acciones demuestren lo contrario.

 

Chris Hemsworth se esfuerza en el papel de cazador que sabe lo dura que es la vida y lo adictiva que es la bebida, y logra interpretarlo bien pero sin sorpresas, está acostumbrado a ser un hombre de acción en sus papeles anteriores y los gestos de hombruna frialdad le salen bien. Pero es Charlize Theron quien se impone sobre el resto del elenco, no solamente por los extraordinarios vestuarios diseñados por la premiada Colleen Atwood que realzan la figura de su personaje, imponente y suntuosa, sino por una interpretación acertada de una mujer cuya envidia por la belleza ajena no es consecuencia de simple vanidad, sino de un miedo profundo a la vejez y a lo incierto. Mientras la belleza de Blancanieves va madurando, Ravenna sabe que esa es la señal de que el tiempo no se detendrá en su propio cuerpo, y si bien su magia puede contenerlo, el precio de luchar contra algo imparable es siempre demasiado alto.

 

Lo clásico nunca es mal recibido, la nostalgia de nuestra niñez siempre será un arma para los directores que se empeñan en estas adaptaciones. En el caso de Blancanieves y el Cazador, sus aspiraciones son muy altas y resultan en una construcción visual sólida pero floja en cuanto a contenido, dejándonos con la sensación de que en su empeño por hacer todo más oscuro y profundo, terminó por darnos complicaciones innecesarias. Si la historia se cierra es porque el cuento ya contaba con un final que, afortunadamente, nadie se atrevió a cambiar.

 

 
COMPARTE:
 
ANTERIOR
EN PANTALLA
Guerra Mundial Z
SIGUIENTE
EN PANTALLA
Sobrevivir a la vida
 
 
 
 
 
 
 
 
 
POST RELACIONADOS
 


EN PANTALLA
Sueños de libertad


NOTAS
Los mejores debuts de directores en...


NOTAS
Cate Blanchett en pláticas para...
 
 
 
COMENTARIOS
 

CALIFICACIÓN DE LA GENTE:
0 personas han votado


 
RECOMENDAMOS
 
 
 
 
 
enfilme © 2025 todos los derechos reservados | Aviso de privacidad