Por Beatriz Ladrón de Guevara (@LadronadGuevara)

El juego de la fortuna no es una película sobre los A´s de Oakland que en 2002 cumplieron la hazaña de ganar 20 juegos consecutivos ubicándose como el mejor equipo de beisbol de la temporada, después de una racha de 11 encuentros perdidos y una estrategia gerencial muy criticada. Sí, es una película que se basa en eventos reales; de hecho, la clave está en el título de la novela de Michael Lewis en la que está basado el filme: Moneyball: The art of winning an unfair game (bola de dinero: el arte de ganar un juego injusto). Porque para Billy Bean, gerente de los A´s, (interpretado por Brad Pitt) el beisbol se había convertido en un juego injusto, en el que el dinero era el elemento clave para armar un equipo de jugadores renombrados que garantizaran el éxito. Y para Bean: “hay equipos ricos y equipos pobres, luego hay 15 metros de mierda y luego estamos nosotros (refiriéndose a los A´s)”.

Esta historia, a cargo de la pluma Steven Zaillian (Gángster Americano, Pandillas de Nueva York, La lista de Schindler), cuyo primer borrador fue trabajado por Aaron Sorkin (La red social), comienza cuando todo parece estar perdido para este equipo menor de beisbol. Entonces Peter Brand (Hill), un chico economista egresado de Yale, entra en la ecuación de Bean para plantearle una nueva forma de estructurar su gerencia agregando un poco de matemáticas y estadística en lugar de dinero e instinto. Para ello arman un equipo, a partir de la medición de las capacidades de jugadores infravalorados en el mercado, pero que tenían la capacidad de embasarse más veces. Este dúo estaba a punto de desafiar un sistema estructurado tras cien años de experiencia.

Bennet Miller, con una corta trayectoria fílmica, Capote, el documental The Cruise y Moneyball, construye una historia que de pronto pareciera un documental en el que la tensión dramática se centra no en las escenas en el diamante, sino en el conflicto emocional de un personaje con una sola ambición: cambiar la manera en que se hacen las cosas a su alrededor. Bajo esa motivación arriesga todo con tal de lograr su sueño, incluso si eso significa enfrentar un sistema que podría devorarlo en cualquier momento. Billy Bean es un hombre solitario, muy confiado y carismático, que explora los límites a su alrededor y lleva la gerencia de su equipo hasta sus últimas consecuencias. Enfrentado a un sistema estoico materializado en el personaje de Philip Seymour Hoffman, Art Howe entrenador del equipo.

Brad Pitt, en su versión melancólica, logra llenar completamente este irónico personaje que emprende un viaje acompañado por Jonah Hill interpretando a un economista geek de las estadísticas, que con mucho ingenio negocían el futuro del beisbol. Porque un equipo es tan bueno como su último partido de la temporada.