Por Martín Rodríguez
La tendencia a la fusión de dramas románticos adolescentes y depresivos con el cine de aventura y seres fantásticos es cada vez más explotada. Dirigida por la misma directora de Twilight (2008), Chaterine Hardwicke, La chica de la capa rojaes la película ideal para el puberto sufrido que odia al mundo y que tiene la esperanza de, algún día, convivir con seres fantásticos que mitiguen su aburrimiento. Si a eso le agregamos el despertar hormonal entonces tenemos un producto perfecto para esta generación. El mismo tono de la película lo determina. En lugar de una historia cargada de violencia, sangre y enfrentamientos viscerales (como muchos esperábamos) la película –que escatima estos elementos- se recarga más en el conflicto emocional de la joven y muy atractiva caperusa roja, sin profundizar en él.
Amanda Seyfried da vida a Valerie, que se rebela ante los deseos de sus padres de verla casada con el hijo del herrero, pues desde niña está enamorada de su amigo Peter (Fernandez), quien, en la escala social de la villa no es muy relevante. Además de ser leñador, es huérfano.
También hay un lobo en la historia, el villano que aterroriza a los aldeanos cada luna llena, pero que, según ellos, se apacigua con un cerdito ofrecido a manera de ofrenda. Todo parece estar bajo control, hasta que el terrible lobo (extrañamente parecido al de la saga de Twilight) decide atacar humanos y mata a la hermana de Valerie.
La historia de la chica de la capa roja o, como mejor se conoce, la caperucita roja, ha sido manoseada por muchos autores a lo largo de los siglos. En el siglo XVII, Charles Perrault adaptó por primar vez el relato oral de aquella niña a la escritura, lo tituló Le Petit Chaperon Rouge. Alrededor de 1812, los hermanos Grimm hicieron su versión de la historia. Dos siglos más tarde, Angela Carter, también en literatura, le daría un toque feminista al relato. Son también ya varias las adaptaciones al cine, pero la que definitivamente revisó Hardwicke, pues la influencia es evidente en su película, es la realizada por Neil Jordan en 1984, The Company of Wolves. Carente del misterio y los aspectos lúgubres de esta película, La chica en la capa roja es la adaptación más rebajada de tono, tanto, que incluso es, por momentos aburrida.