Reseña, crítica Misión rescate - ENFILME.COM
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FICHA TÉCNICA
The Martian
Misión rescate
 
Estados Unidos
2015
 
Director:
Ridley Scott
 
Con:
Matt Damon, Jessica Chastain, Kristen Wiig, Chiwetel Ejiofor, Kate Mara, Michael Peña, Jeff Daniels
 
Guión:
Drew Goddard
 
Fotografía:
Dariusz Wolski
 
Edición:
Pietro Scalia
 
Música
Harry Gregson-Williams
 
Duración:
141 min.
 

 
Misión rescate
Publicado el 02 - Oct - 2015
 
 
  • Reseña: El más reciente filme de Ridley Scott es una propuesta mucho más cercana a la ciencia ficción clásica de las novelas de Julio Verne, donde el hombre hace uso de la ciencia aplicada para adaptarse a las condiciones de un entorno desconocido y hostil. El sentido del humor y la apasionante perseverancia del astronauta, así como el ingenio y vasto conocimiento del científico, conforman el motor principal de esta historia de sobrevivencia que exalta la labor científica como método para resolver problemas.  - ENFILME.COM
  • Reseña: El más reciente filme de Ridley Scott es una propuesta mucho más cercana a la ciencia ficción clásica de las novelas de Julio Verne, donde el hombre hace uso de la ciencia aplicada para adaptarse a las condiciones de un entorno desconocido y hostil. El sentido del humor y la apasionante perseverancia del astronauta, así como el ingenio y vasto conocimiento del científico, conforman el motor principal de esta historia de sobrevivencia que exalta la labor científica como método para resolver problemas.  - ENFILME.COM
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  • Reseña: El más reciente filme de Ridley Scott es una propuesta mucho más cercana a la ciencia ficción clásica de las novelas de Julio Verne, donde el hombre hace uso de la ciencia aplicada para adaptarse a las condiciones de un entorno desconocido y hostil. El sentido del humor y la apasionante perseverancia del astronauta, así como el ingenio y vasto conocimiento del científico, conforman el motor principal de esta historia de sobrevivencia que exalta la labor científica como método para resolver problemas.  - ENFILME.COM
  • Reseña: El más reciente filme de Ridley Scott es una propuesta mucho más cercana a la ciencia ficción clásica de las novelas de Julio Verne, donde el hombre hace uso de la ciencia aplicada para adaptarse a las condiciones de un entorno desconocido y hostil. El sentido del humor y la apasionante perseverancia del astronauta, así como el ingenio y vasto conocimiento del científico, conforman el motor principal de esta historia de sobrevivencia que exalta la labor científica como método para resolver problemas.  - ENFILME.COM
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  • Reseña: El más reciente filme de Ridley Scott es una propuesta mucho más cercana a la ciencia ficción clásica de las novelas de Julio Verne, donde el hombre hace uso de la ciencia aplicada para adaptarse a las condiciones de un entorno desconocido y hostil. El sentido del humor y la apasionante perseverancia del astronauta, así como el ingenio y vasto conocimiento del científico, conforman el motor principal de esta historia de sobrevivencia que exalta la labor científica como método para resolver problemas.  - ENFILME.COM
 
por Luis Fernando Galván

A diferencia del futuro distópico de Blade Runner (1982), el horror visceral de Alien (1979) y la atmósfera sombría de Prometheus (2012), Misión rescate (The Martian, 2015), el más reciente filme de Ridley Scott, es una propuesta mucho más cercana a la ciencia ficción clásica de las novelas de Julio Verne –donde el hombre hace uso de la ciencia aplicada para adaptarse a las condiciones de un entorno desconocido y hostil– que a los relatos alegóricos que plantean nuevas estructuras sociales en escenarios apocalípticos o las historias pobladas por agresivos extraterrestres que ponen en riesgo la vida del hombre. El sentido del humor y la apasionante perseverancia del astronauta, así como el ingenio y vasto conocimiento del científico, conforman el motor principal de esta historia de sobrevivencia que exalta la labor científica como método para resolver problemas.

Scott vuelve a colaborar con el cinefotógrafo polaco, Dariusz Wolski (Prometheus, 2012; Exodus: Gods and Kings, 2014) y el diseñador de producción, Arthur Max (Gladiator, 2000; The Counselor, 2013), para configurar el atractivo escenario de un mundo distante llamado Marte. La paleta de tonos cálidos, principalmente el color naranja rojizo, hace que los valles desérticos de Wadi Rum, en Jordania, adquieran una apariencia visual muy fiel a la captada por las exploraciones espaciales de la superficie del planeta rojo.

Melissa Lewis (Jessica Chastain), Mark Watney (Matt Damon), Rick Martinez (Michael Peña), Beth Johanssen (Kate Mara), Alex Vogel (Askel Hennie) y Chris Beck (Sebastian Stan) forman parte del equipo de astronautas de Ares III, una misión espacial que lleva 18 soles (días marcianos) en la superficie de Marte investigando las propiedades del suelo y las cualidades del terreno de aquel planeta. De manera inesperada, una fuerte tormenta obliga a una precipitada evacuación de emergencia. Una de las antenas hace contacto con Watney disparándolo varios metros y alejándolo del resto del equipo. Al considerarlo muerto, la responsable de la misión, Melissa, ordena emprender el retiro. Después de haber quedado inconsciente, Watney despierta en medio de la arena rojiza para percatarse de que sus compañeros de tripulación partieron, que él está solo y que las probabilidades de sobrevivir son mínimas. A partir de ese momento, él manifiesta su ingenio y pone en práctica sus amplios conocimientos de botánica, ingeniería y mecánica para resolver trabas y orquestar planes que le permitan prolongar su supervivencia la mayor cantidad de días posible.

Antes de ser llamado por Crown Publishing para editar su libro en el que se basa la película, Andy Weir –programador e ingeniero en Informática–compartió varios de los capítulos en su sitio web en 2011. The Martian, la novela que recibió halagos del ingeniero aeroespacial, Robert Zubrin (fundador y presidente de la Mars Society), se convirtió en un best seller. Entre otras, una de las razones del éxito fue que Weir recuperó una premisa poco explotada en la corriente principal de la ciencia ficción contemporánea: el geek o nerd como héroe principal del relato, cuyas mayores armas son la habilidad mental y la creatividad para solucionar los problemas que se le presentan. La fuerza bruta del tradicional héroe de acción es sustituida por la paciencia, el amplio entendimiento de varias ciencias avanzadas y el uso de un lenguaje hipertécnico para que el experto en ciencia se coloque en el centro del relato.

Matt Damon destaca en su papel como el astronauta que, al verse varado en un planeta desolado, despliega conocimientos en el campo de la física, la agricultura y la química para adaptarse a las condiciones de un territorio hostil. Su único cómplice es la videocámara con la que registra su bitácora, y ésta se convierte en el pretexto idóneo para asimilar y justificar la necesidad que siente de conversar durante su aislamiento. Ante la imposibilidad de ponerse en contacto con la NASA, la bitácora –como un vlog contemporáneo– funciona como un diálogo íntimo con nosotros, los espectadores.

El guión de Drew Goddard (The Cabin in the Woods, 2012; World War Z, 2013) traza hábiles y efectivos momentos cómicos que evidencian el desparpajo, el sentido del humor y la habilidad mental que posee el protagonista; un hombre capaz de asimilar su tragedia, pero que no se resigna sino que, con perspicacia y determinación, busca soluciones simplemente empujando hacia adelante, poniendo las crisis en una caja de seguridad mental para encontrar la manera de sobrevivir, siendo positivo contra todo pronóstico. Watney utiliza el humor para no hundirse en la depresión y tristeza de estar completa y literalmente “solo en el mundo”. Damon se muestra irónico e inteligente –eehibiendo un registro humorístico que pocas veces había explorado y menos son aún las ocasiones en las que lo había logrado de manera satisfactoria–. Scott evoca una sensibilidad muy común en los astronautas vinculada a un humor seco y, a veces, oscuro, en torno a la muerte (como el legendario John Young, el comandante del Apollo 16, que en 1972, en su expedición a la Luna, bromeó diciendo: “Toda esta misión sirve para mantenerme ocupado mientras me llega la muerte”). La película se muestra ansiosa por mantener un tono de humor complaciente, y esto se percibe con mayor claridad en el uso reiterativo y burlón de la cursi música disco de los años setenta. La plácida banda sonora sirve para subrayar la determinación de Watney de no entrar en desesperación ni perder la brújula de su objetivo: mantener su cuerpo y su mente ocupados para sobrevivir.

Spoiler Alert

Uno de los aspectos más interesantes de Misión rescate es ver cómo los directivos e ingenieros de la NASA y el resto de la tripulación reaccionan ante la noticia de que Watney sigue vivo. Scott recurre a la constante yuxtaposición de escenas para mostrarnos a Watney en Marte, a sus compañeros en la nave Ares y a los dirigentes de las misiones espaciales en la NASA; todos en conjunto buscan formular nuevos planes para llegar lo más pronto posible a él. El constante ir y venir entre estas tres esferas, permite una narrativa fluida, con un ritmo acelerado que añade una pequeña dosis de tensión a la misión del rescate, sin requerir cortes frenéticos.

Fin del spoiler

Aunque Damon sostiene la mayor parte del relato sobre sus hombros; el resto del elenco cumple con sus intervenciones. Jeff Daniels interpreta al director de la NASA; es el calculador y frío hombre burocrático que maneja las cifras (inversiones, tiempos y costos) y establece las condiciones de trabajo a sus subordinados. Él es visto como una especie de obstáculo por sus empleados, especialmente por Vincent Kapoor (Chiwetel Ejiofor), el director de la Misión Marte, que comparte la misma agudeza y sagacidad del protagonista, y que pasa gran parte de la película buscando la manera de hacer contacto con Watney. Kristen Wiig es la gerente de relaciones públicas que debe mostrar carisma para manejar a una difícil prensa que cuestiona por qué se abandonó a un astronauta en Marte. Algunos otros de los personajes, principalmente los del equipo Ares, permanecen estancados como seres emocionalmente unidimensionales, como una serie de engranajes en una máquina que busca impulsar el brillo de Damon.

Al igual que en la novela, la película trata de apegarse hasta cierto punto a las verdades científicas del relato: desde pequeños detalles sobre la energía que precisa un vehículo en la superficie de Marte para recorrer enormes distancias o el número de patatas que debe cultivar el protagonista para obtener calorías para ejecutar arduas tareas físicas en el planeta rojo, pasando por la reconstrucción de los sets y la elaboración de los trajes espaciales basándose directamente en fotografías y diseños proporcionados por la NASA al equipo de producción de Scott, hasta las sutilezas con las que se abordan y mencionan algunos aspectos de la física relativista, la mecánica orbital y la ingeniería aeroespacial que se implementa en los vuelos espaciales tripulados. El director emula los ritmos, las estrategias y los procedimientos que ejecutan todos aquellos trabajadores que están detrás del lanzamiento de una nueva sonda espacial o una nave tripulada. De la misma manera, invierte demasiado tiempo en intentar hacer accesible a todo el público las situaciones científicas que plantea. Rara vez abre la posibilidad de que el público descubra los misterios o infiera lo que Watney está intentado hacer. En lugar de eso, el protagonista nos explica lo que ocurrirá antes de mostrárnoslo.

Considerando que Misión rescate representa la más reciente adición a lo que se está convirtiendo rápidamente en el subgénero de la ciencia ficción más importante de los últimos años –la exploración del espacio–, el filme será susceptible a ser comparado con las tensiones de convivencia de Sunshine (Danny Boyle, 2007), la crisis de identidad de Moon (Duncan Jones, 2009), la resonancia emocional de Gravity (Alfonso Cuarón, 2013) y la angustia existencial de Interstellar (Christopher Nolan, 2014), pero las intenciones de Scott son distintas al planteamiento de agudos  dilemas morales. El guión no pretende golpear emocionalmente al espectador ni colocarlo en un laberinto reflexivo. El director tampoco recurre a escenas de lamentos lacrimógenos ni a romances empalagosos. Más allá del miedo y conflicto de aislamiento que se produce al contemplar un vasto y árido paisaje marciano, lo que busca el filme es enaltecer la cualidad básica del avance científico y tecnológico: “ante un problema, busca la solución y resuélvelo”.

El apasionante rigor realista que depositan Weir (en su novela) y Scott (en su filme) en el desenvolvimiento de la trama provoca que su mirada hacia Marte revele una profunda necesidad del hombre no sólo por expandir sus dominios, sino por comprender los orígenes de la vida. La posibilidad de emprender un viaje a este planeta da pie a una serie de cuestionamientos planteados a lo largo de la historia: ¿Es posible la vida en otros planetas? ¿Cuál es el futuro de la Tierra? ¿Podría haber una migración a otro planeta para salvar a la humanidad? Pero, claro, Scott sabe y recalca que la única vía para que lo anterior sea posible es la ciencia, la tecnología y el trabajo en equipo. Como en el cine. 

 
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