Por Alo Valenzuela (@AloValenzuela)
Nathan Harper (Taylor Lautner) viaja sobre el cofre de un auto pidiendo más y más velocidad. Él y sus amigos se dirigen a una clásica fiesta de preparatoria estadounidense: alberca y mucha bebida. La fiesta es parte del preludio de la verdadera historia, pero es también la oportunidad de justificar las soluciones a los problemas que se avecinan. Uno de sus amigos vende unas identificaciones falsas que él mismo realiza prometiendo que son las mejores de la ciudad, más tarde les muestra los boletos para un partido de béisbol. Durante la fiesta también vemos por primera vez a Karen (Lilly Collins). Hay que prestar atención a cada uno de estos detalles, pueden ser importantes.
Nathan se despierta al día siguiente en el jardín de la fiesta (semidesnudo para que sepamos que Lautner se sigue viendo bien sin camiseta) y su papá pasa por él. Como castigo lo hace entrenar con todo y cruda mostrando al público que el muchacho es bastante bueno para defenderse en una pelea. Resulta que Karen es compañera y vecina de Nathan y, oh destino, ahora tienen que hacer un trabajo de la escuela juntos (por ahí aprovechan para mencionar que por el momento está sola, sus padres se fueron a Italia). Ese es el punto de partida de la verdadera historia y todo lo anterior es lo que le da credibilidad, o al menos esa es la intención, pues es un reto casi tan difícil como al que se enfrentan los protagonistas.
Nathan encuentra su foto en una página de Internet que muestra cómo se verían ahora personas desparecidas hace muchos años. Poco a poco descubre que vive dentro de una vida que no es la suya, quienes cree que son sus padres no lo son y la única persona en la que puede confiar es Karen. Con ella escapa cuando de pronto entra a su casa un equipo de asesinos profesionales y, a partir de entonces, lo acompaña en la misión que Nathan se propone: descifrar quiénes son sus padres biológicos para comprender la situación en que se encuentra. Pero esto no es tarea fácil, pues los dos amigos tendrán que cuidarse de agentes de la CIA y un grupo de hombres fríos y despiadados que, evidentemente, provienen de la lejana Serbia.
Por primera vez desde su actuación como el joven lobo de la saga Crepúsculo, Taylor Lautner tiene un papel importante dentro de una película. Le dieron la oportunidad de probar que no es un actor para un solo papel y que puede desarrollar una carrera y, aparentemente se esforzó realizando él mismo las escenas peligrosas, aunque no va mucho más allá de eso. La película está dirigida por John Singleton, que ha trabajado en filmes de acción como Más rápido más furioso (2003). Este nuevo thriller juvenil es bastante rápido también, pues la pareja de adolescentes solo tiene un día para vencer a decenas de enemigos bien entrenados, resolver sus problemas, superar las pérdidas y si queda tiempo, expresar el amor que (se nota a leguas) tienen el uno por el otro. De verdad tienen que apurarse, porque los padres de Karen no tardarán en volver de su viaje a Italia.