CINE Y ARTE. Fuentes, referencias y alusiones pictóricas en ‘Viene de noche’
Al igual que su primer largometraje, Krisha (2015), Trey Edward Shults, se centra nuevamente en las crisis familiares para confeccionar It Comes at Night (Viene de noche, 2017), un angustiante drama existencial con elementos de terror postapocalíptico que reflexiona en torno al egoísmo, la desconfianza y la supervivencia. Además de basarse en la difícil y desordenada relación que sostenía con su padre –un adicto a las drogas que falleció debido al cáncer de páncreas–, Shults retoma uno de los temas históricos que más le apasiona –los genocidios– para preguntarse cómo operan el rechazo, la intolerancia y la violencia en las sociedades actuales. No es fácil hallar una respuesta definitiva, pero para el joven director estadounidense los orígenes se encuentran en las estructuras familiares, donde un padre, por ejemplo, haría cualquier cosa por sus hijos, incluso matar. Esta peligrosa forma de pensar es la que, de acuerdo al cine de Shults, en circunstancias extremas propiciará la destrucción de los seres humanos.
Después de una pandemia tan letal como indefinida, Paul (Joel Edgerton), su esposa Sara (Carmen Ejogo) y su hijo de 17 años de edad, Travis (Kelvin Harrison Jr.), tratan de sobrevivir al interior de una cabaña aislada en medio del bosque. Se esconden y se preocupan solo por ellos mismos en un esfuerzo por mantenerse a salvo de algún tipo de enfermedad altamente transmisible. Aunque es extremadamente cauteloso, desconfiado y metódico, Paul decide abrirle las puertas de su hogar a otra familia. Los invitados son un joven matrimonio conformado por Will (Christopher Abbott) y Kim (Riley Keough), quien carga en brazos al pequeño Andrew (Griffin Robert Faulkner) de apenas tres años. Inicialmente, Paul piensa que todos estarán mejor si trabajan en comunidad y con reglas claras desde el principio, pero el choque entre las familias pondrá a prueba el sentido moral de cada individuo implicado.
¿Qué es lo que viene de noche? Entre el título del filme y el temor de los personajes sobre el anochecer, todo indica que la enigmática amenaza es particularmente mortal una vez que el sol se oculta. Los personajes hacen referencias a un tiempo mejor “antes de que llegara esta mierda”, y es bastante claro que “eso” ha causado estragos considerables en la población. Breves y sombrías alusiones indican que se trata de una especie de virus mortal que se propaga en el aire y que, una vez alojado en el cuerpo, desemboca en sangrado interno y enormes ronchas de la piel. Cualquiera que sea este virus, ha derribado a la sociedad, pero no se trata del principal enemigo que deben confrontar los personajes, sino ellos mismos. En este sentido, el relato está guiado por impulsos fatalistas de principio a fin. En una escena temprana, Travis examina una pintura que cuelga en una de las paredes de la casa: El triunfo de la muerte de Peter Brueghel. La cámara de Shults adopta un plano subjetivo; recorre las macabras escenas del cuadro para revelar varios montículos de cadáveres. El presagio está dado en esa imagen: todo el mundo está destinado a caer.
Desde la primera secuencia en la que Paul y Travis salen de la casa, cada uno con una máscara antigás y arrastrando al abuelo visiblemente muy enfermo, el espectador se sumerge completamente en el mundo de Shults. Incluso sin entender todavía lo que está sucediendo, sentimos la tensión de forma muy poderosa. El cineasta posee un magistral control de la puesta en escena; tiene un talento increíble para crear una atmósfera inquietante y tensa, y mantenerla, no sólo a lo largo de esta escena, sino en varios momentos del filme. Nunca se rompe el halo de misterio tan agónico; el guion no necesita imponer diálogos pesados ni explicaciones innecesarias. Tampoco trata de sorprender al espectador con giros inverosímiles o poco probables. Mediante la mesura y la honestidad de su proceso creativo, Shults nos sorprende y finalmente nos desconcertará aún más.
It Comes at Night es un filme sobre los extremos a los que es orillado el individuo para proteger a la familia. Shults explora esta condición con los seis personajes de la película; todos son capaces de hacer cosas terribles para proteger a sus seres queridos. Y cuando esto se conjuga con la alienante y desgarradora banda sonora de Brian McOmber y los sensacionales elementos visuales –incluyendo una perturbadora puerta roja– se crea una efectiva sensación lúgubre donde la tragedia, en cualquier momento, irremediablemente estallará. En Krisha, Shults representó el delirante desastre familiar con la música caleidoscópica de McOmber, el virtuosismo técnico del steadicam y cortes abruptos para mostrar la perspectiva de una mujer alcohólica, maníaca y depresiva. Ahora, el director de fotografía Drew Daniels captura las imágenes con fuentes de luz natural; todo parece iluminado únicamente por las linternas que cargan los personajes mientras deambulan en la oscuridad. La cámara se mueve lentamente con elegancia, transitando por los pasillos de la casa y el bosque sombrío, disolviéndose dentro y fuera de las escenas en las que los personajes hablan en voz baja. En muchas ocasiones, la cámara termina posando, en primeros planos, en la cara del adolescente Travis para registrar sus expresiones de preocupación, ansiedad y miedo.
A pesar de todo su esplendor primitivo y visual, el estudio de la paranoia, el temor y la supervivencia humana se ve reforzado por el impecable desempeño del elenco, principalmente de dos actores. Joel Edgerton brilla cuando el patriarca se endurece al tomar decisiones difíciles para proteger a su familia. Y Kelvin Harrison Jr. representa fehacientemente la pesada carga de crecer en este entorno; él permite que conozcamos el impacto psicológico y emocional, así como la ingenuidad de la juventud de su personaje, quien a veces tiene una extraña visión de la esperanza cuando el resto del mundo es tan severo y sombrío.
El miedo es algo que se crea en las profundidades de nuestro núcleo emocional. El contenido del miedo, al igual que el peligro latente en la película, es ambiguo, pero la expresión del miedo siempre encuentra a un sujeto que por lo general es alguien que se encuentra “allá afuera”. Paul maneja su miedo a través del aislamiento y el tribalismo; al señalar que “la familia es en la única que se puede confiar” establece un discurso paranoico, donde su tribu está por encima de la otra y las decisiones venideras serán tomadas con base en la desesperación, no por racionalidad o compasión. En este sentido, It Comes at Night destaca por presentar un diagnóstico lacerante sobre los malsanos comportamientos del ser humano asociados al egoísmo y la desconfianza. También parece ser una evaluación adecuada –aunque esta lectura puede ser un poco forzada, no es descabellada– del presente estadounidense a raíz de la desarmonía racial, la crisis de los refugiados, la amenaza de ISIS, la colusión rusa, entre muchos otros conflictos de nuestros días. Estados Unidos es, en gran medida, la familia que se exhibe en la película. Ciudadanos que han estado viviendo de acuerdo con su tribu durante tanto tiempo y finalmente están cosechando las consecuencias de esa mentalidad donde se conjugan desunión, paranoia y violencia como los únicos métodos para solucionar los problemas.
It Comes at Night se mantiene en la elegante y sutil línea del terror contemporáneo que ha sido construida por filmes como The Babadook (2014) It Follows (2014), The Witch (2015) y Get Out (2017), donde historias de agitación personal y profundamente emocionales se expresan en el pesimista lenguaje estructural del horror. Los espectadores que anhelan ver apariciones de monstruos en medio del bosque quedarán decepcionados. Sin embargo, aquellos que son más pacientes, sensibles y en sintonía con un terror lento basado en la observación, que requiere empatía y una mente inquisitiva, obtendrán una perturbadora recompensa. Esto no es horror en el sentido tradicional, pero It Comes at Night es un asalto visceral en todos los niveles; hay un temor claustrofóbico y atmosférico que prueba los nervios de la audiencia, y hay un centro emocional y desgarrador que añade un nivel de devastación que incita a la reflexión en torno al comportamiento humano cuando siente muy de cerca la llegada de la muerte.
¿Qué es lo que viene de noche? La respuesta está envuelta en un misterio que se resiste a revelarse; pero el riesgo se siente constantemente en los espacios aislados y reducidos, en los modos de pensar y las acciones que ejecutan cada uno de los individuos involucrados. Hay amenazas en el mundo; desafíos que cada individuo teme confrontar en su vida cotidiana. Desgracias e inseguridades en nuestras propias comunidades y en nuestras propias familias, pero la lección que se obtiene de It Comes at Night es que no se debe vivir de acuerdo con los temores por más justificables que sean ya que éstos, además de convertirse en el peor enemigo de uno mismo, pueden paralizar la capacidad humana para vincularse con los otros. Ese miedo nunca será superado por el aislamiento y el tribalismo.