Por Alo Valenzuela (@AloValenzuela)
Quizás uno de los principales retos si vas a hacer una película sobre algo como el CBGB es decidir qué dejar fuera. Cuando tu materia prima es un antro desde el que despuntaron estrellas de distintos géneros y generaciones de la escena musical neoyorquina (y algunos invitados) será un duro trabajo seleccionar a los más representativos. También debe haber sido una labor para poner los pelos de punta elegir las anécdotas más divertidas del lugar para recrearlas en pantalla tomando en cuenta la calidad de monstruos que pisaron su escenario, pero por ahora nos concentraremos únicamente en la música.
El nombre original del lugar era “CBGB and OMFUG”, una abreviación de “Country, BlueGrass, Blues and Other Music For Uplifting Gormandizers”. Y aunque la historia del lugar prueba que hubo más de lo segundo (algo como “Otra música para exaltar trogloditas”) se quedó con las siglas de lo primero. Al parecer, en ese entonces, todos los trogloditas cuyos nombres ahora están en el Olimpo de la historia de la música tenían que pisar ese lugar, y el soundtrack de esta película es solo otra prueba de ello.
En una lista, lo primero que salta son las ausencias y aquí la más escandalosa es la de Patti Smith quien por muy intelectual que se creyera fue parte de la primera gran movida punk-rockera y además dio el show que clausuró para siempre las bocinas del CBGB en el 2006. El director Randall Miller sí incluyó a la también poetisa en el filme, interpretada por Mickey Summer, pero ni una de sus canciones fue seleccionada para acompañar el metraje. Otra menos obvia pero no menos absurda es la falta absoluta de respeto por The Cramps, quienes aunque no eran tan neoyorquinos como los New York Dolls, igual le dieron frescura a la escena de la ciudad y seguramente a los shows en el CBGB. Es comprensible que se hayan enfocado en la escena New Wave y Punk 70s que le dio el renombre al club pero nada les costaba acordarse del hardcore ochentero que también hizo historia ahí y poner por lo menos una o dos canciones de alguna banda como Agnostic Front o Sick of it All. Quizás no sea la música fácil de encajar en un filme y se sabe que esa época violenta estuvo a punto de reducir la existencia del lugar, pero nada de esto justifica su olvido alevoso. Seguramente otros encontrarán sus propias ausencias que les parecerán de igual o mayor trascendencia, y es que así es la cosa cuando se trata de ponerle iconos a un lugar icónico.
Por otro lado, la verdad es que se nota que este soundtrack fue curado con bastante cariño. Incluyeron las inevitables “Kick Out the Jams” de MC5, “Roxanne” de The Police y “I Wanna Be Your Dog” de The Stooges, además de grandes temas de Blondie, New York Dolls, Television y The Velvet Underground. De otros infaltables, los Talking Heads, en lugar de poner un himno, eligieron un track que menciona en el coro al CBGB, lo cual es bastante simpático. Dejaron fuera a los músicos de The Ramones pero los sustituyeron por una suave y divertida, aunque ligeramente melancólica, canción de Joey como solista, y también podemos recordarlos un poco con la espectacular versión (anterior a ellos) de “California Sun” a cargo de The Dictators. Además hay temas nada obvios y bastante tremendos como “Caught With the Meat in Your Mouth” de Dead Boys (los únicos con doble participación en la lista) y “All For The Love Of Rock N’ Roll” de los Tuff Darts.
¡Ah! También incluye una canción de Hilly Kristal, quien además de fundar y haber sido dueño del lugar, hizo algo de música que poco se ha escuchado. La película, a fin de cuentas, es una biopic de este señor y es un buen toque incluir algo de su faceta musical aunque no haya sido ni la mitad de exitosa de lo que fue su pequeña gran empresa.
Nada le sobra a este soundtrack y sería imposible hacer una selección de extensión similar a la que nada le faltara. Aquí lo pueden escuchar varias veces y comprobarlo.