Por Mariana Tinoco Rivera
Una mezcla de rock clásico, soul y bossa nova. Cada canción tiene algo a su favor en este álbum, ya sea el ritmo, el intérprete o la forma en que se acomoda y contribuye a la ambientación de los destinos que muestran las escenas de la cinta.
Comer, rezar, amar (Eat Pray Love, 2010) está basada en la novela autobiográfica de Elizabeth Gilbert. Ella, la autora, en pantalla Julia Roberts, es una mujer neoyorquina insatisfecha con su matrimonio y su cómodo estilo de vida, que emprende un viaje a Italia, India e Indonesia por un año con el fin de conocerse a sí misma, disfrutar y aprender de los placeres de la vida. La música transmite las etapas emocionales y espirituales por las que atraviesa la protagonista. Si no has visto la película, las canciones te darán pistas de qué tipo de persona es y qué busca.
El disco arranca con una melodía romántica del cantautor de folk pop, Josh Rouse, en “Flight Attendant”, que acompaña a Liz cuando, recién divorciada, conoce a su nueva conquista, David (James Franco). Se incluye un toque del rock acústico de Neil Young y el estilo alegre de Marvin Gaye con “Got to Give It Up” que ilustra la fiesta de la primera borrachera de Liz en Bali.
Parte del valor de la banda sonora son los nombres internacionales que se añaden al elenco como U. Srinivas con la canción “Kaliyugavaranda”, un músico hindú que toca la mandolina y cae como anillo al dedo para las escenas donde la protagonista estando en la India descubre el poder de la meditación. Los escenarios idílicos y la búsqueda nada riesgosa de la felicidad que caracterizan a Comer, rezar, amar son dignas de estos ritmos lentos y suaves. Ejemplo de ello es la secuencia en que Liz disfruta de la comida italiana; su deleite por comer un plato de pasta junto a una copa de vino tiene el poder de transmitir el antojo al espectador gracias a la pieza de Mozart “The Magic Flute”, interpretada por la Wiener Philharmoniker.
La canción de la intérprete brasileña Bebel Gilberto acompaña los encuentros románticos de la protagonista con el nuevo amor de su vida, Felipe (Javier Bardem) en Bali, un ritmo que ya fue parte de la cinta Closer (2004), que también cuenta con la participación de Roberts. Otro músico que se añade a la romántica cinta es João Gilberto, conocido como uno de los creadores del bossa nova, y padre de Bebel, con su canción “Wonderful”.
El track más reciente, “Better Days”, fue compuesto exclusivamente para el filme por el líder de Pearl Jam, Eddie Vedder . Éste transmite la plenitud del espacio, la libertad y la naturaleza. La otra pieza de su autoría, “The Long Road”, ya había sido parte de la banda sonora de la cinta Dead Man Walking (1995). El compositor de piano Dario Marianelli fue el responsable de reunir las canciones para el filme y su melodía “Attraversiamo” lo cierra con broche de oro.
Si lo que buscas es relajarte, disfrutar de un sabroso platillo, un buen viaje o un rato romántico este soundtrack no te defraudará. La suma de ritmos melancólicos, acústicos y caribeños, con un toque de rock son idóneos para la búsqueda de un momento agradable sin ningún tipo de contratiempo.