Lee aquí nuestra minicrítica de 'Historia de fantasmas'
Una notable y delicada banda sonora es capaz de impulsar la historia, guiando las emociones de la audiencia y, a veces, convirtiéndose en un personaje distinto, con un papel y una voz tan importantes como cualquier actor. No obstante, la música debe cumplir con estas condiciones sin ser entrometida, manipuladora o brusca.
Para Historia de fantasmas (A Ghost Story, 2017), el filme profundamente poético y existencial de David Lowery, el compositor Daniel Hart enfrentó un obstáculo adicional: gran parte de la película -cuya duración es de 90 minutos- se desarrolla con muy pocos diálogos, escasas acciones, dejando grandes espacios de silencio para que él llene y sostenga el relato que aborda la enormidad del tiempo con preguntas sobre la reencarnación, el pasado, la memoria, la vida después de la muerte y los universos paralelos.
Gran parte de la narración se basa en la música: tanto su significado para los personajes como su significado al contar la historia de cómo lidiar con el amor y la pérdida de los vivos y los difuntos. Si bien el diálogo en sí ofrece bellos fragmentos de sabiduría y alimento para el pensamiento, la música invoca emociones que incluso aquellos que no experimentaron una profunda pérdida comprenderán y se conectarán.