Lee aquí nuestra reseña de 'Get Out' (¡Huye!)
En un primer acercamiento, parecería contraproducente, pero al pensarlo con detenimiento, tiene mucho sentido que un actor y guionista de comedia encaje con mucha eficacia y espontaneidad en el género del terror. Tanto la comedia como el horror son géneros que se centran en la exageración y en conducir las vivencias a los extremos, ya sea para producir una broma, un gag físico o un susto. ¡Huye! (Get Out, 2017) no es sólo el debut como director del comediante Jordan Peele, sino también se trata de la primera incursión en cine de Michael Abels, el talentoso compositor estadounidense especializado en música clásica y sus vínculos con el blues, el jazz y el bluegrass.
“Jordan me dio una dirección muy clara para esta partitura”, sentencia Abels. “Dijo que, sobre todo, necesitaba ser seriamente aterrador. También dijo que necesitaba tener algunos elementos claramente afroamericanos sin confiar en los estereotipos, literalmente queriendo escuchar voces afroamericanas”.
A estas indicaciones, Abels respondió con una partitura que combina pasajes orquestales bastante tradicionales, incluyendo algunas secuencias de acción y horror aterciopeladas, con toques de jazz y blues, y un coro cantando en swahili. Las voces que escuchamos tienen la intención de representar a las almas de los esclavos u otras víctimas negras de la opresión que se comunican con Chris (Daniel Kaluuya), el protagonista del filme. Abels señala que optó por usar letras en swahili porque las letras ininteligibles son siempre aterradoras. “Escribí algunas frases que estas almas pudieron decir, y luego leí las traducciones de swahili en voz alta para ver qué música se me ocurría. De ese proceso escribí un par de demos, y Jordan eligió uno de ellos, Minor Trouble - Sikiliza Kwa Wahenga, para que se quedara como el tema principal de la película.” La traducción, que permite una licencia poética, es: “Hermano, escucha a los ancianos. ¡Correr! Hermano, escucha la verdad. ¡Corre, corre lejos! ¡Sálvate a ti mismo!
Estas letras fueron luego mezcladas con instrumentación más tradicional, incluyendo una orquesta de cuerdas, arpa, vientos, percusión de metal sintonizado y una pequeña presencia electrónica. Para ayudarlo con los frutos secos de la escritura a la imagen, Abels trabajó junto con el compositor Tim Williams.
Varios temas de la partitura son impresionantes y se vinculan de manera oportuna y congruente con las tensiones raciales al interior del relato. Sikiliza Kwa Wahenga introduce la principal idea temática de la partitura con riffs rítmicos y un coro susurrando siniestramente en swahili. Esta idea surge más tarde en temas como Georgina Weeps, la profundamente perturbadora Mental Prep, y el frenético Chris Escapes, que se ancla como la principal identidad musical de la película. También destaca Chris & Rose (Love Theme), un motivo de cuatro notas para el violonchelo y el arpa, aumentado por las centelleantes texturas electrónicas, lo que le da una sensación ligeramente soñadora, como si de alguna manera se desprendiera de la terrorífica realidad que vive el personaje.