Por Camila Ortega (@pretextos)
Hacer música indie se ha vuelto cada vez más una moda antes que un estilo de vida. Poco a poco ha perdido el significado original de inpendencia ante las grandes disqueras o los movimientos mainstream. Así pasó con el punk que dejó de ser una reacción frente al descontento social para fusionarse de manera cómoda con la industria.
Nadie sabe nada de los gatos persas (2009), del director iraní Bahman Ghobadi, rescata esta escencia perdida con la historia de Negar y Ashkan, situada en Teherán, donde la música de influencia occidental está prohibida. Estos dos músicos, además de realizar un trámite ilegal para obtener visas y pasaportes que les permitan transportar su música indie rock a Londres, deben encontrar a los músicos que integrarán su banda. Esto los lleva a realizar un recorrido musical en el que se retrata la realidad clandestina de todos los que se atreven a arriesgar su libertad por hacer música.
Las canciones son los personajes que sobresalen. Cada una con una personalidad y una pasión que se transmite no sólo a través de unas notas de impecable ejecución y sentimiento. También sus letras parecen retratos biográficos del deseo. Los sueños son la realidad en “Dreaming” de The Free Keys. “Human Jungle” trata sobre la búsqueda de alguien con quien compartir el sentimiento de frustración ante la censura: together or alone canta Taking It Easy Hospital. En “Chasing the Sun” de Ash Koosha, se busca a alguien que los saque de la situación de clandestinidad en la que se encuentran. Un festín de estilos musicales (Metal, Hip-Hop, Indie Rock e inclusive canciones de clara influencia iraní) componen este soundtrack que cuenta por sí solo una historia de esperanza y anhelo, de miedo, censura y represión.
Abril 1, 2011