Por Cristina Incháustegui Massieu (@wisheryyy)
Como otros clásicos ochenteros, Repo Man (1984) de Alex Cox es memorable tanto por su trama poco convencional que involucra punks, embargantes y aliens, como por su estética basada en un desolado Los Angeles y descarados efectos espaciales de sci-fi. Los personajes de Dean Stanton y el rebelde Emilio Estevez, ambos amantes de la velocidad, tienen que recuperar un Chevy Malibu que lleva una extraña carga en la cajuela. El gobierno le ha puesto una buena recompensa a la entrega del auto, así es que toda una serie de maleantes veloces, amargados y suspicaces están detrás de ellos.
El soundtrack establece el ambiente fundamental de la cinta, no solo porque el personaje de Estevez es un punk adolescente al que le gusta estrellar su cabeza contra la de otros, sino porque la recopilación reúne a la escena hardcore punk del inicio de los ochenta de esta ciudad. La música alude a la rebeldía, la decadencia y los paisajes urbanos de LA, e incluso enfatiza los avistamientos alienígenas.
En todo su esplendor de comedia nada convencional, arriesgada y de bajo presupuesto, Repo Man une algunas de las inquietudes distintivas de las generaciones más jóvenes; su frustración y enojo ante una sociedad aburrida, ignorante y cegada. Basta mencionar la participación de Iggy Pop, Black Flag, Suicidal Tendencies y Circle Jerks para despertar la curiosidad de los fanáticos del punk y entender la esencia de su espíritu contestatario. Sus múltiples referencias a la cultura popular de las últimas décadas son astutas, chistosas e irreverentes. Es ciencia ficción, intriga policiaca y romance adolescente, incluso crítica a las políticas domésticas e internacionales del gobierno de Reagan. El soundtrack suena a diversión despreocupada, guitarrazos frenéticos y juventud callejera. Los tracks en español de The Plugz se convirtieron en los más distintivos del disco.