14 de agosto de 1983
Chernovtsy, Ukrania (Ex URSS)
Por Camila Ortega (@pretextos)
Para la originaria de Ucrania, Mila Kunis, de 27 años, los escenarios y reflectores llegaron como una casualidad, cuando llamó la atención de un agente durante un curso de actuación para niños al que la inscribió su papá en el Beverly Hills Studios.
Así, de manera esporádica y casi desapercibida, comenzó su carrera en la pantalla chica y grande. A muy pocos les habrá llamado la atención sus participaciones de extra de televisión en Baywatch (1994 -1995) o en los comerciales que, como alguna vez dijo, tanto disfrutaba hacer.
Según ha dicho, desde que obtuvo su primer papel en una película (Make a Wish, Molly, 1995) a los doce años, ha buscado ser reconocida por sus dotes histriónicos y no por su cara bonita, aunque gaste siete mil dólares en tratamientos para la piel con piedras preciosas, haya crecido haciendo comerciales, haya incursionado como modelo y participado en algunos videos musicales (“The End Has No End” de The Strokes y “Jaded” de Aerosmith).
Su activa relación con el doblaje de voz parece fiel a sus convicciones de ser recordada por su talento. Su aportación más reconocida en este ámbito es la de Family Guy (1999 - 2011), aunque también ha participado en videojuegos como Saints Row, y en la serie Robot Chicken del bloque Adult Swim, las caricaturas para adultos de Cartoon Network, su participación habitual, por la cual obtuvo reconocimiento especial en varios de sus capítulos.
Sus declaraciones de haber padecido ceguera en uno de sus ojos hasta hace unos meses atrás, sorprendieron al ver que no ha dado paso en falso todavía. Ha construido su carrera sin tomar riesgos, a base de papeles hasta ahora secundarios como la malcriada niña bonita, Jackie Burckhart, en That’s 70’s Show (1998-2006), Meg Griffin en Family Guy o Rachel Jensen en Forgetting Sarah Marshall (2008), pero indispensables para el desarrollo de la historia. Supporting actress es el término en inglés y parece que es el más adecuado para su trayectoria, donde el carácter de secundario no le quita lo invaluable a su participación.
Con toda la atención que está recibiendo por los galardones recibidos gracias a su destacada actuación como Lily en The Black Swan (El cisne negro, 2010), de Darren Aronofsky (The Wrestler, 2008), es de esperarse que su transición de accesorio —dándole al término la importancia que le concedía Coco Chanel a estos detalles— a protagonista, sea tan placentera de ver como su transformación de niña consentida a bailarina sexy.