13 de mayo de 1986
Londres, Inglaterra
Por Reneé Alegría
Mucho antes de que Robert T. Pattinson se convirtiera en el encantador vampiro de Crepúsculo (Twilight, 2008), uno de sus grandes sueños fue la música. Proveniente de una familia enteramente musical ⎯de hecho, su hermana la vocalista Lizzy Pattinson también se dedica a la composición⎯ Robert aprendió a tocar el piano y la guitarra desde los tres años. Resulta un tanto irónico saber que hoy estos instrumentos son sus mejores amigos.
Pattinson creció y dejó de ser la muñeca humana a la que sus dos hermanas mayores vestían y maquillaban. Y en vez de seguir jugando a las pinturitas, decidió formar una banda junto con sus amigos. La nombraron Bad Girls y tenía un vibe led-zeppelinesco.
Robert además de interpretar y componer sus canciones también las ha producido, incluso dos de ellas quedaron registradas en el soundtrack de Crepúsculo: “Let me Sign” y “Never Think”. Esto se le hizo un tanto abrumador y raro a la vez, porque nunca esperó ver escenas acompañadas por sus canciones.
A sus 24 años, Rob se ha convertido en uno de los actores más conocidos dentro y fuera de la industria hollywoodense gracias a sus interpretaciones de Edward Cullen, personaje principal de Crepúsculo y sus secuelas basadas en la serie de novelas tituladas bajo el mismo nombre y escritas por Stephanie Meyer, las cuales lograron ser publicadas en el 2005 después de haber recibido varios rechazos de distintas editoriales.
Desde su lanzamiento todo se ha vuelto muy intenso para Pattinson, distanciándolo de su vida social y provocándole una gran desconfianza al grado de no poder entablar conversaciones con personas que se le acercan a admirarlo. Sí, podemos afirmar que se ha vuelto un tanto paranoico, hasta el punto de referirse a su guitarra como su fiel acompañante. En su intento de alejarse de la farándula y a las que él considera como adulaciones irreales, Robert aspira a ser algo de lo mucho que ha logrado el reconocido actor Jack Nicholson.