15 de noviembre de 1991
Simi Valley, California, EE.UU.
Shailene Woodley posee la convicción para decirle al mundo una cosa: ella es libre. La rígida estructura de un corsé fue, quizás, el origen de su peculiar estilo de vida –que asumió desde la adolescencia y mantiene en la actualidad—, marcado por el consumo de alimentos orgánicos, agua que ella misma busca en la entrañas de una montaña y una vida errante de sillón en sillón, pidiendo asilo a sus amigos. Aquella tortura decimonónica –la del corsé– le fue impuesta durante dos años por una necesidad clínica, pues a la edad de quince se le diagnosticó escoliosis. Pero no podemos acarrearle toda la responsabilidad a este aditamento. Desde antes, su abuela naturista analizó su sangre y le advirtió –como una mística profeta– que debería aumentar su consumo de alimentos verdes y evitar todo contacto con los microondas. Su estilo de vida continuamente es reforzado por una búsqueda de lo natural –una filosofía personal que la ha hecho sentirse afín a las creencias nativo americanas—, ella apela a que no somos parte de la naturaleza, sino naturaleza misma.
Desde muy pequeña, Shailene comenzó a modelar y más tarde apareció, con un papel mínimo, en la cinta para televisión Replacing Dad (Reemplazando a papá) de 1999. Tuvo un prolífico paso por las series televisivas, entre las que destaca Vida secreta de una adolescente, donde interpretó a la sensible e inteligente madre adolescente, Amy Juergens. Pero la atención de la crítica llegó cuando llevó el rol de la hija de George Clooney, Alexandra King, a la que acaba de morírsele su madre, en The Descendants (Los descendientes, 2011), con el que obtuvo el Independent Spirit Award como Mejor Actriz de Reparto en 2012 y el trofeo Chopard de Revelación Femenina en el Festival de Cannes.
El escritor Stephen King la quería para el remake que se hizo de su novela Carrie, pero no se logró ningún acuerdo. Ahora se le ha reclutado para que sea la protagonista del posible tent pole basado en las novelas de Veronica Roth, la trilogía que comienza con Divergente. Tris Prior es un personaje que se amolda a su forma de vida; ella se acopla al mundo, mientras busca manifestar su propia individualidad. Cuando fue seleccionada para este papel, declaró que ya se veía como toda una arquera al estilo Katniss Everdeen (el personaje de Jennifer Lawrence en la franquicia de The Hunger Games), su rival comercial.
Woodley no siente mucho aprecio por la palabra “fama”. Piensa que sólo debería ser utilizada para George Clooney y un selecto grupo de personas. Ve en Clooney a un segundo padre, un mentor, un guía en el mundo de la crema y nata hollywoodense. Por otra parte, su coprotagonista de la cinta Divergente, Kate Winslet, ha resultado ser un gran apoyo para la chica de 22 años. Según se ha dicho, ambas mantienen una estrecha relación de amistad, en la que la experimentada actriz la ha aconsejado para no traicionarse y seguir siendo ella misma, a pesar del medio en el que se mueven. Woodley quisiera dedicarse a hacer alguna actividad “normal” entre la filmación de la primera película y la segunda, Insurgente, lo que le ha servido anteriormente para ganar experiencias que le ayudan a preparar a sus personajes.
Los ojos amielados de la joven Shailene Woodley son uno de sus mayores atractivos, además de que posee una elocuente desenvoltura ante los medios, lo que ha hecho que muchas de sus declaraciones se vuelvan perturbadoramente extravagantes, atípicas. Por ejemplo, el origen de su nombre, según narra, se debió a un embotellamiento vial en el que su madre se encontraba. Allí, ella fijó su atención en las placas del auto que tenía enfrente, éstas versaban “Shai” acompañadas por una serie de números. En otra anécdota, referida a la revista Gloss para la edición de marzo de este año, declaró que le gustaba tomar baños de sol desnuda para brindarle “vitamina D a su vagina”.
Cada mañana empieza su rutina gritando que ese será un gran día. Si bien no da una gran centralidad en su vida a las películas que ve, siempre la reanima cantar las canciones de Pocahontas. Su religión es la tierra. Ella se autodefine como un náufrago al que le gusta vivir a la deriva.