El auténtico significado de la Navidad propiciaría que fuera una época de reflexión, pero lo cierto es que para muchos se ha convertido en temporada de consumismo, de fiestas, de excesos con los alimentos y las bebidas y de holgazanería. Todo, claro, dentro de un contexto de camaradería y buenos deseos (reales o ficticios) para el prójimo. Quienes tienen la posibilidad, cualquiera que sea la o las tendencias anteriores a las que enfocan sus baterías decembrinas, optan por permanecer prolongados ratos en sus propias casas. Y qué mejor que ocupar parte de ellos de forma constructiva viendo películas que rescatan historias en las que los personajes se ven involucrados en situaciones que ofrecen, precisamente, un panorama de lo que es la Navidad a través de su espíritu genuino, de los que no lo son tanto y de combinaciones de uno con los otros. Todos en EnFilme les deseamos a ustedes, atentos lectores y amigos, que pasen una fantástica Navidad rodeados de sus más queridos. ¡Felicidades!
AFD (@SirPon)
It's a Wonderful Life Frank Capra , 1946 | |
Basado en El mayor de los regalos, un cuento de Philip Van Doren, James Stewart protagoniza este popular relato navideño con ecos de Charles Dickens y dirigido por Frank Capra, quien retrata la solidaridad humana como el factor dominante de la historia. Situado en la atmósfera oscura, agridulce y desoladora de la posguerra, George Bailey, el protagonista, es un gerente de ahorro y préstamo que debe confrontarse a un codicioso banquero, pero la lucha más compleja es contra su propia naturaleza dubitativa que lo mantiene anclado a su viejo y pequeño pueblo. Las desgracias y complicaciones que le ocurren a los personajes que rodean a George –quien siempre se sacrifica para ayudar al prójimo–, paulatinamente lo orillan a una vida miserable y desesperada, de la que no puede huir hasta la aparición de un milagro ocurrido en Navidad. Sin embargo, el carácter epifánico se establece desde el principio cuando un ángel neófito, todavía en el proceso de ganarse sus alas, se hace cargo del caso de George. El filme muestra cómo la existencia de un individuo afecta, para bien, las vidas de los demás; sus actos, aparentemente sencillos, poseen gran significado para familiares, vecinos y gente que lo rodea, y que no lo han olvidado. LFG (@luisfer_crimi) |
Fanny & Alexander Ingmar Bergman, 1982 | |
Quizá los recuerdos de la niñez más cálidos y festivos, únicos y emocionantes, estén ligados con la Navidad. Fanny & Alexander, esta épica familiar con tintes autobiográficos, autoría del maestro Ingmar Bergman, inicia en los albores del siglo XX, en Uppsala, con la majestuosa celebración de una elegante Nochebuena. La familia entera está en espíritu festivo, también la casa, llena de antigüedades, adornos rojos y verdes, luces, vestuarios aterciopelados. Entre comida, bebidas y bailes, entre sonrisas y cándidos discursos se fragua uno de los recuerdos más felices para Fanny y Alexander, que todavía tienen mucho camino que recorrer; y comienzan a asomarse los vicios de los adultos, que contribuirán para que esos niños desarrollen miedos y rencores, pero también crecimiento y maduración. SOR (@SofOchoa) |
Merry Christmas Mr. Lawrence Nagisa Ôshima, 1983 | |
En un campo de prisioneros japonés, en la isla de Java, durante la Segunda Guerra Mundial, un territorio neutral y aislado al que llegan vagas noticias del exterior, se cuenta la relación de cuatro hombres: el oficial británico Jack Celliers (David Bowie), un ser autodestructivo; su compatriota el coronel John Lawrence (Tom Conti), un inglés ilustrado en medio de la barbarie; el sádico sargento japonés Hara (Takeshi Kitano); y el inflexible jefe de campo Yonoi (Ryuichi Sakamoto. En medio de los conflictos y los choques culturales, hay un drama que viven algunos de los residentes de ese campo de concentración: el amor homosexual, imposibilitado por la represión de los códigos ancestrales japoneses —más atenuados pero aún presentes en el bando occidental—. La historia se transforma en dos modos diferentes de entender el deber, y también la vida. La tragedia de Hara y Celliers, una atracción de la que solo habrá un constante y creciente pulso. El de Yonoi, un hombre y sus sentimientos sometidos por las normas. Disyuntivas que tienen su contrapunto en la amistad que aflora entre Lawrence y el sargento Hara. Atrapados en esa atmósfera, el día de Navidad, embriagado de sake, Hara ordena sacar a Lawrence y a Celliers de sus celdas de castigos, solo para felicitarlos y a su manera celebrar la Navidad. VSM (@sofiasanmarin) |
Duro de matar Die Hard, John McTiernan, 1988 | |
John McClane (Bruce Willis) es un oficial de la policía neoyorquina (NYPD) que viaja a Los Angeles para encontrarse con su esposa, Holly (Bonnie Bedelia) en la fiesta navideña de la poderosa compañía japonesa, Nakatomi. Para convertirse en su vicepresidenta fue que Holly decidió dejar a John en la costa opuesta del país y en el reencuentro se juegan la reconciliación. Pero, como todos sabemos, mal llegó McClane al festejo (en el Nakatomi Plaza) que unos terroristas alemanes tomaron a todos los invitados como rehenes, con tal de apoderarse de los más de 600 millones de dólares asegurados en el edificio. Para los creyentes (pero también para muchos que no lo son), La Navidad es un tiempo propicio para los milagros; y así lo entendieron y explotaron (valga el verbo) los creadores de Die Hard. Milagrosa para McClane, el hombre sencillo y bien macho que logra –en un “one man show” y descalzo- acabar con el sofisticado grupo de delincuentes (el jefe de ellos incluso viste un traje John Phillips de Londres), salvando la vida de su mujer, la propia y, de paso, la de alguno que otro suertudo y también recuperando su fracturado matrimonio además de, en el lance, colocarse a la altura de los grandes superhéroes, consiguiendo una hazaña tipo las de ellos pero sin necesidad de sus superpoderes; para Bruce Willis, que gracias al filme se convirtió en una superestrella del cine pese a provenir de la televisión (salto poco factible en aquellos días); y para los culpables del proyecto, pues el sobrecogedor éxito de la cinta se convirtió en una mina de oro para ser dinamitada a las costillas del pobre McClane quien, a partir de entonces, no volvió a tener un viaje en avión tranquilo, ni en un taxi, ni en el metro, ni en ningún momento de su vida, el pobre hombre, pues el destino se ensañó con su persona, poniéndolo a pruebas de vida o muerte a la menor oportunidad. Todo a partir de su espectacular derroche de talentos en una noche navideña; todo con tal de exprimir hasta la última gota en taquilla del imán de este carismático personaje. AFD (@SirPon) |
Mi pobre angelito Home Alone, Chris Columbus, 1990 | |
Para muchos, Macaulay Culkin siempre será el protagonista de Home Alone, ese niño demasiado listo que por una confusión de sus padres se queda solo en casa en víspera navideña y no solo come toda la pizza que quiere y duerme en la enorme cama de sus padres totalmente solo; también, cuando tiene que enfrentar a dos medio idiotas ladrones, lo hace con el mejor estilo del mundo, uno totalmente inverosímil, cargado de caros efectos especiales, y divertidísimo, salido de las más absurdas ideas de las caricaturas. SOR (@SofOchoa) |
The Nightmare Before Christmas Henry Selick, 1993 | |
Jack Skellington, una especie de muerto viviente y habitante de Halloween Town, realiza un atrevido intento por incluir la festiva y colorida atmósfera navideña en su ciudad. No obstante, la nieve, las luces, los árboles y Santa Claus no son bien aceptados por su comunidad. Cansado de celebrar siempre lo mismo, Jack decide hacerse pasar por Santa Claus y enviar regalos a los habitantes del resto del mundo; mientras, Oogie Boogie, un villano con apariencia fantasmal, secuestra al verdadero Santa Claus. Jack, aunque es considerado un farsante, se sumerge en una misión para rescatar al personaje más representativo de la Navidad y que ésta no desaparezca. Jack no es otro “grinch” que robará la Navidad; es un espectro bienintencionado que desafía su verdadera función en la vida con la ambición de integrarse a otra tradición, una más agradable que la de Halloween. No comprende por qué los fantasmas y demonios que funcionan perfectamente en su mundo ocasionarían miedo y terror si se deslizan por las chimeneas para entregar regalos a los niños. LFG (@luisfer_crimi) |
Christmas Carol: The Movie Jimmy T. Murakami, 2001 | |
Es 1857 y Charles Dickens (Simon Callow) llega al Grand Hotel de Boston, en pleno invierno, para dirigir unas palabras a una sala repleta. A medida que se sumerge en su "historia de fantasmas", origen de su célebre A Christmas Carol (1843), una mujer del público grita por la inesperada aparición de un ratón. Esto facilita a Dickens la introducción a su relato. Sin que apenas se note, el ratón real se convierte en un ratón animado y el fondo se transforma en las calles del Londres victoriano. Dickens explica cómo el pequeño ratón Gabriel lleva, con sus acciones, una tenue luz de esperanza a la evidente y dramática diferencia entre ricos y pobres. Por ejemplo, el día de Nochebuena, Gabriel regresa al Hospital de Beneficencia donde los niños enfermos le dan la bienvenida. Belle (Kate Winslet), que trabaja allí, le lleva a que conozca a Tiny Tim, que se esfuerza a andar con una muleta y al Dr. Lambert (Arthur Cox), quien está preocupado por la creciente deuda del hospital. VSM (@sofiasanmarin) |
Millions Danny Boyle, 2004 | |
Esta historia de formación se ubica en un contexto navideño para evocar los valores que deberían enfatizarse durante esta víspera. La película comienza como una lección sobre la caridad y termina como un descubrimiento, a través de los ojos de su personaje principal paradójicamente llamado Damian, de que el verdadero problema no es la falta de dinero sino su existencia. Damian ha perdido a su madre y está obsesionado con los santos y la vida después de la muerte. Cuando una bolsa llena de dinero le cae literalmente del cielo, no duda en buscar pobres a los que ayudar siguiendo sus valores cristianos. Pero el inminente cambio de la libra por el euro que le quitaría todo el valor a su tesoro, y el descubrimiento de que éste pertenecía a un criminal que no para de buscarlo, además de un hermano extremadamente hábil para las cuestiones económicas que tiene sus propios planes para el botín, lo llevarán a descubrir que la división entre el bien y el mal no es algo tan claro y que existen cosas mucho más valiosas que lo material. AVE (@alovalenzuela) |
Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario The Chronicles of Narnia: The Lion, the Witch and the Wardrobe, Andrew Adamson, 2005 | |
Primera adaptación cinematográfica de la heptalogía de C. S. Lewis sobre la imaginaria tierra de Narnia, que sigue las desventuras de cuatro niños hermanos — Lucy (Georgie Henley), Edmund (Skandar Keynes), Susan (Anna Popplewell) y Peter (William Mo-seley)— que durante la Segunda Guerra Mundial descubren el mundo de Narnia, al que acceden a través de un armario mientras juegan a las escondidas. Narnia es un reino congelado en el que no existe la Navidad a causa del embrujo de La Bruja Blanca (Tilda Swinton) que lo tiene tiranizado. Los pequeños y el león, Asland, unen fuerzas para devolver el verano a la gente de ese país. Es en esa guerra, que los hermanos separados primero por el egoísmo de Edmund, descubren la necesidad de la amistad y el sacrificio, del perdón y de la familia, a costa de unas decisiones que reclaman heroicidad para combatir la ambición, la traición, la soberbia, y demás inclinaciones destructivas y deshumanizadoras. VSM (@sofiasanmarin) |
Un cuento de Navidad Un conte de Noël, Arnaud Desplechin, 2008 | |
Durante un fin de semana en la provincia francesa de Roubaix, tres generaciones de una familia se reúnen para celebrar la Navidad, cenar, convivir, brindar y aguantarse unos a otros. Es un panorama para desprender un acostumbrado relato donde los recuerdos y las culpas del pasado salen a relucir, sin embargo, en manos del guionista y director Arnaud Desplechin esta concepción moribunda del melodrama familiar se torna enérgica y franca. Enfermedades mentales y terminales, las fricciones humanas, el entusiasmo por celebrar de unos, la incapacidad de sonreír de otros; todos estos elementos son enmarcados con múltiples recursos visuales y sonoros (soundtrack ecléctico; uso de voz en off para las narraciones; en otros momentos los personajes hablan directamente a la cámara) para intensificar la sensación de vigor e inmediatez de las situaciones. Un retrato desolador, pero cautivador sobre una familia disfuncional donde conviven amor y hostilidad, calidez y desconfianza, fluyendo inevitablemente como rasgos de la naturaleza humana que todos compartimos. LFG (@luisfer_crimi)
+1) The Junky’s Christmas Nick Donkin, Melodie McDaniel, 1993 Este cortometraje producido por Francis Ford Coppola se aleja de los prejuicios contra los desvalidos que causaron su propia miseria, y nos regala una conmovedora historia en la que a pesar del escabroso contexto, está presente la idea de abandonar nuestro egoísmo más allá de la simple caridad como uno de los valores que se suelen fomentar durante estas fiestas. El escritor William S. Burroughs nos lee con su profunda voz el conmovedor cuento homónimo publicado en su libro Interzone acompañando una animación con plastilina en la que vemos a Danny The Carwiper, un junkie que recorre la calles en busca de una dosis que le proporcione una noche serena en vísperas de Navidad. Después de superar obstáculos económicos y conseguir quién le venda la medicina que alimenta su enfermedad, su ritual heroinómano es interrumpido por un lamento. Danny decide investigar y a cambio de su indispensable dosis obtiene la tranquilidad de actuar como lo dicta el verdadero espíritu de la Navidad. AVE (@alovalenzuela) |