Tom (Michael Fassbender), un veterano de la Primera Guerra Mundial, vuelve a su natal Australia para trabajar como el guardia de un faro, en una remota isla. La amargura de la guerra parece desvanecerse cuando conoce a Isabel (Alicia Vikander) y comienzan una vida idílica alejados del resto del mundo. Su destino se torna trágico cuando deben enfrentar el peso de una decisión aparentemente noble, que como descubren años después, destruyó la vida de Hannah (Rachel Weisz).
Esta película no es apta para los intolerantes al melodrama o a los motivos pastorales. A pesar de que la historia comienza en 1918, tiene una melancolía propia del romanticismo del siglo XIX. Fue filmada en Australia y Nueva Zelanda, y es posible que lo más rescatable sea la contemplación de los hermosos paisajes, aunque puede resultar exasperante para quien espere un desarrollo rápido de la trama. En la cinta la naturaleza es un símbolo de la frágil perfección edénica en la que sólo existen Adán y Eva, mientras que la civilización (y el enfrentamiento con la sociedad) es dura y amarga. Es un drama masoquista y difícil de digerir, que no se acerca a la maestría desgarradora de El Paciente Inglés (The English Patient, 1996), sino que deja al espectador preguntándose si está viendo un romance de época, un drama psicológico, o si se está siendo juzgado por su calidad moral (como un continuo interrogatorio: ¿qué hubieras hecho en su lugar?). Las actuaciones son buenas, pero lo predecible de la historia anula la posibilidad de encarar la profundidad de los personajes. Es un alivio cuando el director permite que echemos un vistazo a la historia de Weisz, pero cuando llega este momento, la tragedia ya es insalvable: domina un sentimiento de angustia ante lo irremediable. La belleza de Vikander es sencillamente hipnótica, pero contrasta con su egoísmo incapaz de opacar la dureza ética de un Fassbender mártir (que recuerda a otros personajes masculinos de las películas del director). Al final se derraman lágrimas bien merecidas, y uno siente que pasó toda una vida mirando la pantalla.
@inuin
Fecha de estreno en México: 23 de septiembre, 2016.