David (Jake Gyllenhaal), Miranda (Rebecca Ferguson), Rory (Ryan Reynolds), Sho (Hiroyuki Sanada), Ekaterina (Olga Dihovichnaya) y Hugh (Ariyon Bakare) forman parte de la tripulación de la Estación Espacial Internacional que está a punto de hacer uno de los descubrimientos más importantes de la historia científica: recoger la primera evidencia de vida proveniente de la superficie de Marte. Después de los primeros estudios se percatan que el organismo unicelular tiene vida propia, pero desconocen los alcances –fuerza e inteligencia– que puede llegar a desarrollar.
El cineasta sueco, Daniel Espinosa (Child 44, 2015), construye pacientemente una atmósfera de realismo científico en Life: Vida inteligente (Life, 2017). El largo prólogo sirve para colocar al espectador en las dinámicas de la tripulación, sin embargo, el guion acumula una serie de anécdotas innecesarias e información trivial que buscan otorgarle una historia de fondo a cada personaje (el carácter solitario de David, la paternidad de Sho, la enfermedad de Hugh). Poco a poco esto se desvanece debido a la introducción de los mecanismos del thriller y el horror. Al adquirir esta nueva atmósfera, el relato se desarrolla con mejor ritmo y el filme funciona porque los túneles claustrofóbicos de una estación espacial conforman un territorio ideal para generar angustia, una trampa perfecta para investigadores curiosos a la que el director le saca mucho provecho. Por desgracia, la historia deviene en una imitación de Alien (Ridley Scott, 1979) y The Thing (John Carpenter, 1982), donde los miembros de la tripulación están aterrorizados y son perseguidos por un monstruo extraterrestre terrible e indestructible.
Fecha de estreno en México: 24 de marzo, 2017.