El crítico norteamericano, Richard Corliss, comparte “How Hollywood Taught to Kiss”, un video elaborado en colaboración con la revista Time, sobre algunos de los grandes besos en la historia del cine estadounidense. En el recorrido se muestra la conjunción de dos bellos rostros: el acercamiento, la caricia y luego el gran beso. Mientras esos tiernos, honestos, apasionados o eróticos momentos se exhiben en pantalla, el espectador, mentalmente, toma nota para ponerlo en práctica en su siguiente cita.
Una característica de los filmes producidos en Hollywood entre 1930 y 1950, consistía en mostrar un beso acompañado de una imagen gloriosa y contundente. Generalmente los realizadores elegían la naturaleza para mostrar el idilio del momento amoroso. Por ejemplo, el radiante sol en Gone With the Wind (1939), las intensas olas de la playa cuando Burt Lancaster besa a Deborah Kerr en From Here to Eternity (1953), los fuegos artificiales que decoran e iluminan el cielo y que, además, funcionan como una metáfora sexual, crean un atractivo telón de fondo para el encuentro amoroso entre el romántico Cary Grant y la bella Grace Kelly en To Catch a Thief (1955).
En A Place in the Sun (1951) Elizabeth Taylor y Montgomery Clift crean su propio momento. Generan, paulatinamente, la atmósfera amorosa mientras, en primeros planos, vemos como sus rostros se acercan cada vez más y todo concluye en un majestuoso beso. También, las acciones más extrañas pueden hacer que dos personas compartan un beso; este es el caso de los protagonistas de Lady and the Tramp (1955) cuando comparten su platillo de espagueti. En ocasiones, la mujer tiene que tomar la iniciativa como lo hace Lauren Bacall en To Have and Have Not (1944), y en otras, los espectadores tienen que ser pacientes y esperar toda la película hasta que al final llega el ansiado beso: Gary Cooper y Audrey Hepburn en Love in the Afternoon (1957).
Por su parte, la comedia romántica de la década de los noventa, acostumbró mostrar el beso como un acto sincero, intenso y a veces divertido. Es el momento en que los personajes se dan cuenta que se aman, como Adam Sandler y Drew Barrymore en The Wedding Singer (1998).
Finalmente, no todos los besos demuestran amor o tienen una connotación erótica: está el beso de la muerte en The Godfather: Part II (1974) y el beso de la duplicidad en Some Like it Hot (1959).
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: Time